Las fiestas patronales de Alberite, que se celebran siempre el primer fin de semana de febrero, este año estuvieron acompañadas de nieve, que aunque en un principio preocupó a los vecinos, después se realizaron con gran asistencia de público, sobre todo en los actos centrales de los festejos. Uno de ellos es el de carácter religioso, que consiste fundamentalmente en una misa y una procesión en la que se conmemora la tradición del Santísimo Robado. Con ello se recuerda el robo de un copón consagrado y que tras muchos avatares desde las localidades de Malón y pasando por la catedral de Tarazona, acabó en Alberite. Una historia que los vecinos recuperan junto a los actos festivos que con este motivo se programan desde el Ayuntamiento de Alberite, y que se desarrollan en el pabellón cubierto, que fue inaugurado el pasado año.

En estas fiestas, además de los habituales bailes, disfraces y concursos para mayores y pequeños, la presencia de la Coral de Empleados de la Caja de la Inmaculada permitió asistir a un especial concierto de canto coral, tras la misa cantada, que se llevó a cabo en el interior del centro religioso, un espacio que cuenta con una gran acústica, y en el que se interpretaron piezas musicales muy variadas y de todos los estilos, según explica el alcalde, Alberto Lete.