Como es habitual, la festividad de Santa Agueda puso en marcha a todas las mujeres de la comarca que organizaron animados festejos y reuniones para conmemorar una jornada que ya es suya por derecho propio . En todos los pueblos del Campo de Borja las féminas brillaron por su ausencia en este día dado que todas ellas estaban reunidas en diferentes locales para disfrutar y, al menos una vez al año, olvidarse de las obligaciones laborales y familiares para disfrutar en compañía de amigas y familiares.

Así, por ejemplo, las Amas de Casa María Isabel de Ainzón comenzaron la celebración de Santa Agueda con el canto de la tradicional aurora por las calles del municipio, para posteriormente almorzar en su sede del Plantel, premio merecido a las más madrugadoras. La misa volvió a reunirlas para dar merecida cuenta de un grato vermú y de la comida servida en el casino.

Más tarde llegó el momento del baile con orquesta durante el cual todas demostraron ser expertas en seguir con el cuerpo todos los tipos de ritmos. La gran asistencia de mujeres demostró una vez más las ganas de divertirse con alegría y optimismo de que son capaces. Además, todas tuvieron su regalo, recibidos con buen humor, obsequios con los que se simbolizaban los méritos que las mujeres en general acumulan con creces en nuestra sociedad, no siempre reconocidos.

Por su parte, las mujeres de Tabuenca optaron por celebrar la fiesta por la noche. Una multitudinaria cena en el pabellón de festejos, servida por El Seral, dio inicio a la alegría que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Tras saborear el menú, las mujeres contaron con disco-móvil que lanzó a todas ellas a bailar la música más moderna del momento. El baile fue animado por unas go-gos de excepción, dos jóvenes del pueblo que se brindaron a ofrecer al resto de sus compañeras una exhibición de diferentes disfraces con los que demostraron su imaginación y buen humor.

Santa Agueda también dejó un variado sabor de boca entre lo tradicional, lo religioso y lo lúdico en Maleján. La mañana comienzó casi de madrugada, con el canto de la Aurora a la Santa, patrona de las mujeres, recordando a todos que era un día muy especial. Tras el recorrido por las calles de la población, desayunaron (merecidamente, por el madrugón) a base de reliquias y después misa y cóctel previo a la comida.

Allí se produjo la mayor concentración de féminas y fue aumentando la animación al calor de las viandas. La tarde se alargó hasta casi media noche con el baile que, amenizado por una orquesta, estuvo acompañado por una visita sorpresa que dejó impresionada a más de una.

Y para los matrimonios todavía queda San Valentín, jornada festiva en la que las mujeres celebrarán el amor en pareja.

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Las mujeres de Tabuenca se lo pasaron en grande con cena y disco-móvil.