La Comunidad de Regantes Cruz Alta de Ainzón ha procedido al cambio de los transformadores de la nueva estación de rebombeo, inaugurada a comienzos de este año, así como en los tres pozos abastecedores de agua de riego. El motivo no es otro que el de "evitar los robos de cobre y los daños que ello genera", dice su presidente Pedro Miguel Sanz.

Los nuevos equipos están construidos en aluminio y carecen de cobre en su interior y han supuesto una inversión de 65.000 euros que han sido sufragados íntegramente por el departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón.

Antes de inaugurar la obra ya se habían producido dos robos del cobre de los transformadores y, por consiguiente, la destrucción total de los mismos. El último de ellos se produjo este verano lo que llevó a los regantes a cambiar de sistema para impedir este vandalismo. Las pérdidas materiales por este concepto han superado los 180.000 euros de los que 115.00 tuvieron que ser aportados por la empresa constructora de la planta, Ideconsa, al no haber sido entregada la obra.

Debido a que las instalaciones se encuentran situadas a unos 3 kilómetros del municipio se produce este efecto de vulnerabilidad por lo que los regantes han adoptado, además, otras medidas como un sistema de alarma conectado a la Guardia Civil, guarda jurado de los regadíos y algún miembro del consejo rector. Igualmente se ha suscrito una póliza de seguros que cubra estas eventualidades "para no encarecer el coste que supone el consumo del agua más los deterioros originados", indica el responsable de los regantes.

Desde las nuevas instalaciones se riegan 827 nuevas hectáreas de Ainzón, siendo a su vez "el primer regadío social establecido en Aragón", asegura Sanz. La Comunidad de Regantes Cruz Alta agrupa a 220 agricultores.

Al márgen de estas eventualidades a los regantes les gustaría "seguir incorporando hectáreas a este proyecto de regadíos sociales". Su presidente indica que "hay un proyecto muy ambicioso a nivel de la comarca para incrementar el número de hectáreas regables" y aseguró que "Ainzón se siente una parte muy importante de este plan" aunque reconoció que la última palabra la tienen la Administración y los agricultores.

JAVIER LERÍN DE PABLO