Las fiestas han sido la tónica general en los pueblos del Campo de Cariñena durante la segunda quincena del mes de agosto y la primera de septiembre. En pleno ecuador se sumó la Fiesta del Vino que también puso en danza a los habitantes de la comarca.

Éste es un hecho que se repite todos los años desde la antigüedad y que todos, vecinos y visitantes asiduos de todas las edades, tienen muy presente en su calendario de verano.

Las vaquillas, festejos con gran tradición en los municipios de la delimitación, las verbenas, charangas y otros espectáculos volvieron a centrar la programación lúdica en todos los casos, sin olvidar los actos más tradicionales.

Una vez más, el balance general ha sido muy bueno marcado por un animado ambiente, grata convivencia entre todos los participantes y algún que otro altercado sin importancia en las vaquillas.

El único "contratiempo" fue la lluvia que este año pasó por agua el día grande en Cariñena, agua por otro lado que empañó los festejos pero que fue bien recibida para solventar el déficit que arrastrábamos tras el caluroso y seco verano que vamos dejando atrás.