Con un día de retraso sobre lo previsto por el ministerio de Fomento y el ADIF, el pasado día 11 se produjo la reapertura de la línea férrea Zaragoza-Teruel, cerrada al tráfico por obras desde el pasado día 10 de julio. Durante este periodo la línea ha sido sometida a una importante remodelación, tanto de la infraestructura y superestructura como de las instalaciones de seguridad en determinados trayectos. Un día antes de la reapertura, en un viaje especial, el secretario de Estado de Infraestructuras, el socialista Víctor Morlán, acompañado por el consejero de Transportes del Gobierno de Aragón, Alfonso Vicente, junto con dirigentes de ADIF y Renfe-Operadora, realizaron un viaje por la remodelada línea entre Zaragoza y Teruel. A la llegada a la capital turolense, Víctor Morlán ofreció una rueda de prensa en la que explicó los detalles de los trabajos efectuados, así como las ganancias de los tiempos de viaje, en principio entre 4 y 19 minutos y las nuevas prestaciones de la línea en cuanto a velocidad máxima. La inversión total en este proyecto asciende a la cantidad de 235 millones de euros, quedando pendientes el tramo Teruel-Cella y la electrificación del trayecto, cuyo proyecto está actualmente en redacción, para que los trenes puedan alcanzar mayores velocidades y en consecuencia se consigan menores tiempos de viaje.

Como consecuencia de los trabajos efectuados ya son bastantes los kilómetros de la línea autorizados para velocidades de hasta 160 km/h, que quedará superada cuando esté completamente terminada la línea, electrificación incluida.

En consecuencia la comarca, como parte integrante de esta nueva línea, ha visto como desde el pasado día 10 de octubre ha mejorado sensiblemente sus comunicaciones por vía férrea, con nuevos tiempos de viaje, nuevas estaciones e instalaciones de seguridad, restando todavía por ejecutar diversas obras complementarias.

Como actuación más destacada, hay que significar la puesta en servicio de la nueva estación de Muel y la ejecución de un nuevo trazado de la vía al paso por esta localidad, que ha dejado al margen de la misma a la antigua estación de Muel-Mozota. La nueva estación de Muel ha sido ubicada en el espacio que ocupaba el antiguo apeadero de Arañales de Muel, más céntrico y cercano a la localidad, habiendo mejorado sus instalaciones de seguridad, vías, andenes y acceso, además de contar con personal de servicio. Además también se ha construido un nuevo puente sobre la carretera de Épila y un puente sobre el nuevo trazado férreo para conectar la salida de la localidad con la N-330, sentido Zaragoza.

Otras de las actuaciones realizadas han sido la renovación íntegra de las dos cabeceras de la estación de Cariñena, con la sustitución de las agujas y la instalación de unos novedosos sistemas de seguridad, que a su vez también han sido instalados en la estación de Encinacorba.

El apeadero de Longares, que previamente fue acondicionado, ha estrenado nueva iluminación, que desde el pueblo se extiende hasta el apeadero.