En el año que se fue, tan traumático por lo inesperado, y en el que tuvimos que aprender a adaptarnos a la nueva situación y los cambios que originó, la Navidad siguió la misma tónica. El Ayuntamiento de Mezalocha pretendió que el espíritu y alegría de estas fechas no faltasen, aunque fuese de forma simbólica con el encendido de las luces de Navidad en las calles y el reparto de un aguinaldo, en forma de buen vino de la tierra.

Tradiciones como el magnífico concierto de la Coral San Antonio de Padua, la cena-cotillón de Nochevieja o la visita de los Reyes Magos a la parroquia, tuvieron que suspenderse. Aunque, sin duda, la ausencia o lejanía de los seres más queridos fue lo más doloroso.

La alcaldesa, Yolanda Martínez, ha querido transmitir esperanza e ilusión frente a la lógica preocupación y dudas, haciendo una llamada a continuar con la responsabilidad que, hasta ahora, ha hecho que la localidad siga adelante sin mayores sobresaltos. También anima a los vecinos a afrontar el nuevo año con el optimismo de que, una vez más, van a conseguirlo, venciendo todas las dificultades y, más pronto que tarde, volverán a celebrar todo lo que ha quedado pendiente este año, que es mucho y, lo que es más importante, volverán a estar todos juntos con las personas que más quieren. Con su gente. T