El Salud procedió horas después de la manifestación a llevarse dos ecógrafos del Pablo Remacha y lo hizo a la fuerza, provocando la rotura y daños en el mobiliario del centro. Días antes, la Policía desalojó a 15 personas que permanecían en el sótano para impedir el desmontaje de los aparatos de mamografía por parte de una empresa privada.