Que un libro no es solo su lectura lo sabe todo el mundo. Bajo esta premisa, la escritora Ana Roselló Olivares presentó el pasado 6 de mayo en Ayerbe su novela La estela de Anaïs, en un acto que distó mucho de las clásicas presentaciones y firmas de libros.

La principal novedad del evento es que el objetivo primario era tocar a todos los asistentes con muchos más sentidos que el de la vista. Una presentación de un libro en el que no solo se leía, sino que también se olía. Porque La estela de Anaïs llegó a Ayerbe con multitud de olores diferentes, muchos de ellos frescos y provenientes del mundo natural. Una experiencia diferente que disfrutó el nutrido público que se acercó hasta la biblioteca Luis Pérez Gella para dar cuenta de lo que ahí se vivía.

Roselló consiguió convertir por un rato a sus lectores en la protagonista del libro. Y es que, en su última novela, el personaje principal tiene una conexión muy importante con los olores, parte clave del relato que hacen que este salga adelante. Durante un rato, escritora y asistentes descubrieron las bondades ocultas del mundo de los aceites esenciales, unos componentes de los que se puede aprender mucho y disfrutar más gracias a sus fragancias.

Una dinámica interesante, rompedora y muy atractiva que cumplió con creces las expectativas generadas en el público invitado. Una experiencia que acertó con lo que decía en su primer cartel: ser un encuentro para oler, sentir, agradecer y vivir.