Todo principio tiene un final. Y el SoNna Huesca, el Festival de los Sonidos de la Naturaleza, llegó al suyo el pasado fin de semana. Un cierre, con broche de oro incluido, a un ciclo que otro verano más ha llenado toda la provincia de música, teatro, danza y circo, acercando la cultura a todo el territorio oscense.

El ritmo de Manu Chao fue el mejor fin de fiesta posible. | DIPUTACIÓN DE HUESCA

Para ese nada deseado final, que marca el cierre del verano y el inicio del nuevo curso, la organización del SoNna apostó por tres estilos diferentes, pero con éxito asegurado. Una leyenda de la música patria, como Miguel Ríos; uno de los obligatorios del pop nacional, como Antonio Orozco; y el cierre perfecto con el ritmo y la fusión, representadas en Manu Chao.

Miguel Ríos, una de las grandes leyendas del rock nacional, mostró su mejor versión en la Cartuja de las Fuentes. | DIPUTACIÓN DE HUESCA

Ni Antonio Orozco ni buena parte del público (casi 1.500 espectadores), mayoritariamente femenino, estaban dispuestos a vivir el concierto sentados. El de Hospitalet de Llobregat buscó la cercanía –incluso la intimidad- con sus fans y primero las puso de pie, y luego les pidió que se acercaran para alterar el plan previsto por la organización y cambiar el concierto que habían imaginado las primeras filas de mesas. El que se adaptó, se lo pasó en grande. El que no, acabó mosca, aunque la organización del SoNna Huesca poco pudo hacer. Y los empleados de seguridad, mucho menos. El artista quiso el concierto que tuvo, y la verdad es que fue emocionante y disfrutón.

Miguel Ríos & The Black Betty Trío ofrecieron un recital para el recuerdo ante 1.600 espectadores. Sorprendió por su voz, por su buen humor, por su inquebrantable condición de rockero y porque sigue siendo el mismo a sus 78 años. Es Miguel, Mike Ríos, el del acento granadino, quien aseguró haber nacido al lado de una cartuja y no lo hizo para congraciarse con el público, al que se metió en el bolsillo desde el primer tramo de concierto.

Público de todas la edades llenó prácticamente el recinto de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena, aunque se notó que había subido la media respecto al día anterior con Antonio Orozco.

Como hacen los más grandes, Miguel Ríos se subió al escenario con una espectacular pléyade de músicos, que bajo el nombre de Black Betty Trío, a pesar de ser cuatro, ejercieron de banda de blues contemporáneo con violín, guitarra y piano como instrumentos principales. Llegó incluso a dejarlos solos.

El tramo final lo reservó Ríos para algunas joyas de su discografía: Los viejos rockeros, Sábado en la noche o Roncanrol bumerang dieron paso al éxtasis final con Santa Lucía y el Himno a la alegría para cerrar un concierto en el que la nostalgia convirtió en blues o en country el viejo rock and roll.

El Festival SoNna Huesca culminó una tercera edición inmejorable: Manu Chao imponiendo el broche de oro con un acústico que invitaba a bailar. La Cartuja de las Fuentes fue más que un escenario… un telón de fondo que envolvió una velada inolvidable. Y, por supuesto, con un lleno absoluto de público rememorando temas míticos del artista como Clandestino, Me llaman Calle o Desaparecido, entre muchos otros.

Y es que los ritmos y la fusión de Manu Chao llevaron al público a darlo, desde el comienzo del concierto hasta su colofón de cierre. El artista solamente tiene seis fechas confirmadas de conciertos en España y esta de Huesca era una de ellas. Por ello cientos de personas llegaron de comunidades autónomas vecinas e incluso de otros países europeos a verlo en directo en Monegros. Bailes, vítores, aplausos, gritos y todas las voces de los espectadores a coros… una fiesta única en la Cartuja De las Fuentes que por primera vez acogió un espectáculo con dos mil personas de aforo de pie. Una cita memorable.