En los primeros días del mes de julio, 25 estudiantes y recién titulados comenzaron sus prácticas profesionales en pequeñas localidades del Alto Aragón gracias a los proyectos Desafío y Arraigo que la Diputación Provincial de Huesca y la Universidad de Zaragoza han puesto en marcha en territorio altaoragonés por segundo año consecutivo.

Loarre, Azanuy-Alins, Chía, Tardienta o Torrente de Cinca son algunos de los pueblos de la provincia que reciben a estos jóvenes.

Mediante un convenio con la Universidad de Zaragoza, la institución provincial financia parte de la estancia, que se extiende en algunos casos hasta mediados del mes de septiembre.

El objetivo de los programas es facilitar el regreso, recuperar el talento emigrado y generar nuevas oportunidades de futuro no solo para quienes realizan las prácticas, sino también para los pueblos que ven cómo sus jóvenes salen.