En lo alto del cerro de San Miguel, posición de difícil acceso desde la que se domina visualmente la mayor parte de los confines de La Hoya, los restos del Castillo D’Os Muros de Ayerbe se mantienen en pie a duras penas tras siglos de desgaste y olvido.

Grupo de trabajo formado por Alagón y los voluntarios en Os Muros de Ayerbe.

Se trata de una zona expuesta al viento frío del noroeste y es que ni el periodo histórico de su mayor esplendor ni la función propia de la construcción atendieron precisamente a cuestiones de comodidad, más bien al contrario.

El castillo fue levantado por los musulmanes en el siglo XI en plena pugna por el territorio con los cristianos. Allí, en las alturas, Ayerbe y Loarre se amenazaban mutuamente por el control de La Sotonera.

Aquel era un punto muy codiciado por aprovechable desde el que controlar Loarre, Marcuello y el valle de Agüero. Hasta que la edificación musulmana, concebida como una puesto militar adelantado, el más septentrional de la Marca musulmana, destinado al control de los caminos hacia los Pirineos y de los movimientos de los cristianos que dominaban el portón natural del Gállego en La Peña, cayó en manos cristianas. La plaza fue conquistada por Sancho Ramírez en 1083, lo que supuso su transformación.

Los sucesivos cambios de manos de la propiedad, el desinterés y la falta de noticias acabaron por desdibujar una edificación cuyas piedras acabaron siendo aprovechadas para construcciones más útiles a los tiempos, primero por sus dueños y más tarde por los vecinos, quienes terminaron por echarlas a rodar ladera abajo para recomponer corralizas o levantar nuevas viviendas.

Muchos siglos de vida después, traslados de enseres, acarreos de materiales y paladas y paladas de tierra encima , lo poco que sobrevive en pie y no es su esquelético muro pertenece a parte de la cara sur de un antiguo templo.

Ahora, tantos siglos después, la iniciativa del Centro de Imagen Digital y de Memoria de Ayerbe, Zidma trata de remover esa pesada losa que oculta la historia para conocer una mínima parte de los secretos. Para ello, el pasado 10 de noviembre el arqueólogo Antonio Alagón dio una charla en el salón de actos del Ayuntamiento de Ayerbe con el título Arqueología km 0 en la que instruyó sobre los trabajos que ya se desarrollaron el año pasado a los pies de los muros del castillo gracias a labor de un entusiasta cuerpo de voluntarios.

En su intervención, Alagón actualizó el estado actual de los trabajos e informó sobre la planificación prevista en el segundo año del proyecto. También ilustró a los presentes con nociones básicas de arqueología y explicó cómo se debe abordar un procedimiento de este tipo, tanto en el campo de trabajo como en la relación con la administración y expuso varios ejemplos a seguir.

Para ofrecer una visión sobre el terreno, el grueso de los voluntarios y aquellos interesados en la cuestión se desplazaron al día siguiente hasta la localidad zaragozana de El Burgo de Ebro para visitar su yacimiento romano republicano La Cabañeta, uno de los más importantes de España, al frente del cual se encuentra su arqueólogo director, Alberto Mayayo. Pese a la mañana fresca y lluviosa que incluso obligó a echar mano de los paraguas, la exploración, la charla y la visita al taller arqueológico resultaron en conjunto una experiencia muy aprovechable para hacerse conceptos de cara a la labor pendiente en el proyecto D’os Muros de Ayerbe. Una empresa que Zidma estima abierta a todos los vecinos en la confianza de que el interés por el conocimiento de la historia propia conlleve una mayor implicación en la tarea.