El trabajo de la escultora Ana Béjar, expuesto durante el pasado mes de octubre en la sala Juan francés de la Casa de la Mujer de Zaragoza, atrajo a unos 2.000 espectadores. Béjar, vecina de Ayerbe, planteó una muestra representativa de su amplia obra, inspirada en el estudio del periodo histórico del Neolítico europeo.
La artista plasmó en sus obras un mensaje llegado de los antepasados y de la Diosa, el de que es posible vivir de acuerdo con las energías positivas de la naturaleza. Pues en la religión de la diosa, reflejada en la simbología de miles de esculturas prehistóricas encontradas en la vieja Europa, se muestra que en la antigüedad se veneraban y respetaban la naturaleza y a los seres vivos.
Crisálida, que simboliza la vida latente y La Filandera Baikal, obra mestiza fueron dos de sus creaciones más celebradas y reconocidas por el público asistente.