El consejero de Agricultura del Gobierno aragonés, Gonzalo Arguilé, subrayó que las previsiones del Plan Nacional de Regadío sólo suponen un primer horizonte de trabajo, el del 2008, pero que la aspiración aragonesa no terminará allí, sino que exigirá otro plan. La DGA quiere llegar a las 700.000 hectáreas de riego. Actualmente hay 450.000 y con el plan en marcha se alcanzarán las 500.000. El Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro, aprobado en el 96, contempla otras 220.000 y Arguilé no quiere renunciar a ellas.