Treinta y cinco trabajadores de la finca Carreras, situada en el término de Fuentes de Ebro, fueron evacuados de la casa de campo donde se hallaban alojados ante el temor a un posible desbordamiento del Ebro en esa zona de la ribera situada a 30 kilómetros de Zaragoza.

"Las personas afectadas --indicó Santiago Erlac, alcalde de la localidad-- son podadores de Andalucía y se les han facilitado colchonetas para que puedan pasar la noche en el gimnasio municipal".

Según Erlac, 18 camiones coordinados por la Confederación Hidrográfica del Ebro han trabajado durante los dos últimos días para reforzar la mota existente junto al río, que se encontraba muy debilitada en algunos puntos, especialmente junto al puente del AVE.

"El dique ha resistido hasta ahora --señaló Erlac a primeras horas de la madrugada-- pero no sabemos qué puede ocurrir por la mañana". Erlac indicó que podrá asumir hasta una crecida de las aguas de 20 centímetros.

No obstante, y aunque el agua no llegó a rebasar, el creciente caudal del Ebro sí consiguió filtrarse a través de la mota de tierra y de las acequias e invadió diversos campos de labor.

INQUIETUD EN QUINTO Aguas abajo, en el pueblo de Quinto, que dista sólo 300 metros del cauce del río Ebro, se trabajó intensamente a lo largo del día de ayer en el reforzamiento de la mota de la margen derecha, que fue levantada a fines de los años 60 y se había desmoronado en algunos puntos. "En algunos sitios sólo falta medio metro para que el agua rebase la mota", señaló ayer por la tarde Javier Abenia, alcalde de la población ribereña.

Las filtraciones de agua han invadido campos de alfalfa situados en las proximidades del cauce, pero el casco urbano parece de momento a salvo de la riada.

"No vamos a tener más remedio que estar alerta toda la noche" comentó Abenia. "Nos da miedo que en algunas partes la corriente pueda pasar por encima de la mota y ponga en peligro las granjas y las edificaciones dispersas por el campo".

Los preparativos ante la llegada de la punta de la riada eran igualmente intensos en los pueblos situados en la margen izquierda del Ebro, como Nuez de Ebro, Villafranca de Ebro, Osera y Gelsa, entre otros. Todas estas localidades se hallan situadas en una zona llana donde el río remansa sus aguas y, habitualmente, discurre con lentitud. El súbito aumento de caudal provocado por el deshielo y las lluvias han acelerado la velocidad de la corriente y han ensanchado el cauce a costa de las orillas y de los campos situados en primera línea.

A partir del pueblo de Velilla, el Ebro se encajona en una zona accidentada donde traza amplios meandros. En esta parte, las poblaciones se encuentran a mayor altura sobre el cauce, lo que aleja el peligro de las riadas.