Ni siquiera se esperó al informe de los inspectores de desarme. La embajada española en la capital iraquí fue evacuada ayer por la mañana por tiempo indefinido en previsión de un ataque militar de Estados Unidos.

Eduardo Quesada, el encargado de negocios que está al frente de la legación, y la mayoría del personal español emprendieron viaje por carretera hacia Jordania. Quesada, que se instalará en Ammán, la capital jordana, había anunciado el martes a la prensa española la inminencia de la evacuación, aunque rogó discreción para evitar que la operación pudiera verse afectada.

El encargado de negocios aseguró entonces que la evacuación iba "a ser temporal" y que él se iba a dedicar a "ir y venir entre Ammán y Bagdad". Sin embargo, el modo en que se ha efectuado la salida parece apuntar que la evacuación ya es definitiva.

Fuentes de la legación diplomática señalaron que antes de salir, los funcionarios españoles recibieron órdenes de destruir el disco duro de todos los ordenadores, todos los disquetes y todos los documentos importantes que no pudieron llevarse consigo.

Además, Quesada dio orden de distribuir el equipamiento técnico que había en la embajada entre el personal local que trabaja en la legación. Ayer, en la embajada sólo quedaban dos españoles pertenecientes al Centro Nacional de Inteligencia, el antiguo Cesid, que tienen previsto abandonar la capital iraquí dentro de dos días. Sin embargo, ya nadie coge el teléfono en la legación.

En 1991, la embajada española fue evacuada de igual manera semanas antes de la intervención estadounidense y no volvió a ocuparse hasta cinco años después.

SUMARSE A LA EVACUACION El martes, el encargado de negocios había invitado a los enviados especiales españoles que se encuentran en Bagdad a sumarse a la evacuación. Quesada llegó incluso a transmitir esa invitación a Ignacio Cano, el pacifista español que ha viajado hasta Irak en la operación Escudos Humanos .

Quesada ocupa el puesto de encargado de negocios de España en Bagdad desde octubre, cuando su antecesor, Fernando Valderrama, dimitió del cargo por no estar de acuerdo con la política del Gobierno de José María Aznar de apoyar el plan bélico de EEUU.