El PSOE tomará cuantas medidas estén en su mano para "restablecer la legalidad internacional" tras el ultimátum que EEUU, España y el Reino Unido impusieron el domingo a la ONU para forzarla a avalar la guerra contra Irak. "Se acabó el tiempo de las falsedades", sentenció ayer el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y advirtió a José María Aznar de que deberá rendir cuentas ante los españoles de su "irresponsable" actuación en el conflicto.

Zapatero leyó una declaración política del PSOE que niega toda legitimidad al presidente de EEUU, George Bush --"secundado por Tony Blair y jaleado por Aznar"--, para decidir el futuro del mundo en nombre de la comunidad internacional.

DE ESPALDAS A LA CIUDADANIA "Han violentado a la ONU y aplastado a la opinión pública mundial", enfatizó Zapatero. También subrayó que la implicación de España en esta coalición reviste especial gravedad por producirse de "espaldas y en contra" de las ciudadanos, "dañar la economía y arriesgar la seguridad".

El PSOE sostiene que una guerra unilateral apoyada por el Gobierno expondría a España a responsabilidades jurídicas por apoyar un acto "ilícito internacional".

El PSOE vigilará con lupa el uso que da EEUU a las bases españolas. Según Manuel Marín, portavoz socialista de Exteriores en el Congreso, el Gobierno no debe ceder las bases como plataforma para atacar a Irak. La ejecutiva discutió ayer, sin tomar decisión alguna, la posibilidad de pedir elecciones anticipadas o presentar una moción de censura.

El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, anunció, por su parte, que pedirá la dimisión de Aznar, al carecer de suficientes diputados para promover una moción de censura.

Esta tarde, Aznar comparecerá a petición propia en el Congreso para informar sobre esta crisis y su alianza con EEUU al margen de la ONU. Por decisión del PP, los portavoces de la oposición tendrán más de un turno de réplica, pero no se podrán votar propuestas de resolución que muestren la soledad del Gobierno.