Miles de españoles se echaron ayer a la calle, por segundo día consecutivo, para expresar su rechazo a la guerra contra Irak. Ante la embajada de Estados Unidos se concentraron miles de madrileños que profirieron una sonora pitada contra los instigadores de la intervención militar, incluido José María Aznar. De forma espontánea, la concentración de protesta se convirtió en una riada humana que inundó el paseo de la Castellana y acabó colapsando el centro de Madrid. La policía disolvió la marcha por la fuerza.

En Barcelona, miles de personas hostigaron anoche la sede del Partido Popular al término de una manifestación convocada contra la guerra, en la que los participantes volvieron a reclamar a gritos la dimisión de José María Aznar.

La protesta contra EEUU en Madrid, convocada por la Plataforma contra la Guerra, el Foro Social de Madrid y el Movimiento Antiglobalización, desbordó todas las previsiones. Una docena de furgones policiales y dos tanquetas no bastaron para garantizar la seguridad de la embajada. Ante la magnitud que fue adquiriendo la concentración, el Ministerio del Interior tuvo que enviar refuerzos, y un agente realizó dos disparos de fogueo al aire para impedir que se rompiera el cordón policial.

CADENA HUMANA FRUSTRADA Las consignas más oídas fueron el "No a la guerra" y "Aznar dimisión". Se mezcló entre los concentrados un grupo reducido de jóvenes que lanzó objetos contra los agentes, pero la mayoría, pacíficamente, intentó formar una improvisada cadena humana que uniera la legación estadounidense y la sede nacional del PP. La marcha cortó el tráfico rodado en la Castellana y fue ganando adeptos hasta llegar a la plaza de Colón, a unos 300 metros de Génova 13, cuartel general de los populares.

Pero en ese punto los manifestantes toparon con una gran dotación policial que les cerró el paso para proteger la sede del PP. Muchos ciudadanos continuaron su marcha Castellana abajo hasta las proximidades del Congreso, pero el resto se quedó en la plaza de Colón.

Sin que mediara provocación alguna ni lanzamiento de objetos por parte de los concentrados, los agentes antidisturbios empezaron a disparar pelotas de goma para disolver la manifestación. La acción policial provocó al menos cuatro heridos, todos ellos por contusiones leves. La contundente intervención de los agentes antidisturbios indignó a los manifestantes y provocó escenas de pánico. Fuentes del Samur apuntaron que hubo encontronazos.

Por la mañana, más de 300 personas secundaron ante el Congreso el paro de 15 minutos convocado en toda España. Medio centenar de agentes y varios furgones antidisturbios impidieron que funcionarios y transeúntes se situaran en la escalinata principal del Congreso junto a los diputados.

En Barcelona, miles de personas hostigaron anoche la sede del Partido Popular al término de la manifestación convocada contra la guerra. Parte de los manifestantes lanzaron huevos, naranjas, palos e incluso botellas de plástico llenas de sangre de animal contra el local de los populares y el fuerte dispositivo policial que lo protegía. Según cifras de la Guardia Urbana, la manifestación reunió a unas 5.000 personas.