Turquía intenta sacar sus relaciones con EEUU del bache al que las ha arrojado la guerra de Irak, con el objetivo inmediato de que Washington deje de oponerse a un despliegue militar turco en el norte iraquí. Diplomáticos y militares turcos negociaban ayer en Ankara con representantes estadounidenses una propuesta de cooperación militar bilateral en el norte de Irak, según informó la agencia turca Anatolia.

Mientras se desarrollaba esa negociación, el Gobierno turco, presidido por el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, ganó por mayoría una moción de confianza en el Parlamento. De los 512 diputados asistentes a la sesión 350 votaron a favor de la gestión de la crisis que está haciendo el Ejecutivo, aunque parte de los 365 parlamentarios de su partido no le apoyaron, lo que refleja el descontento por el permiso otorgado a EEUU para que use el espacio aéreo turco.

Erdogan dirigió anoche un mensaje a la nación en el que aseguró que Turquía y EEUU están de acuerdo en todas las cuestiones relativas a Irak, incluida la voluntad de Ankara de que sus tropas se instalen en el norte del país vecino. Sus palabras no tardaron en recibir la respuesta del ministro iraquí de Exteriores, Naji Sabri, quien, desde El Cairo, advirtió de que Turquía "pagaría caro" una incursión en su país.

La guerra de Irak ha dejado las relaciones entre Turquía y EEUU en el punto más bajo de la historia de estos dos tradicionales aliados. El veto turco al tránsito de soldados norteamericanos por su suelo está obstruyendo sobremanera los planes del Pentágono para abrir un frente norte en Irak. Además, la incursión militar turca del pasado fin de semana en el Kurdistán iraquí ha sembrado el temor por el estallido de un foco bélico entre las tropas turcas y los peshmergas kurdos. Estos últimos están al mando de oficiales estadounidenses, que están esperando órdenes para abrir el frente norte.

Por otra parte, un misil, probablemente americano, cayó ayer por la tarde a las afueras de un pueblo situado en el sureste de Turquía, sin provocar daños ni víctimas. El proyectil, que no se sabe con certeza si llegó a explotar, provocó en su caída un cráter de un metro de profundidad, según informó el gobernador de la provincia de Sanliurfa.