Las acusaciones de cometer crímenes de guerra forman ya parte del fuego cruzado en Irak. Mientras Amnistía Internacional solicitó que se investigue a las dos partes en conflicto, destacando que la televisión iraquí atacada por la coalición constituye un objetivo civil, el primer ministro británico, Tony Blair, acusó ayer a Bagdad de "violaciones sustanciales de las tácticas de guerra".

El presidente de EEUU, George Bush, también acusó al presidente iraquí, Sadam Husein, aunque sus denuncias provocaron un debate al compararse con su tratamiento a los presos de la guerra de Afganistán en la base de Guantánamo (Cuba).

El primer ministro británico lanzó ayer en Camp David su más clara acusación, al referirse a dos británicos "ejecutados" por los iraquís. "Esta atrocidad muestra la depravación del régimen de Sadam. Es otra violación sustancial de todas las convenciones de guerra", dijo Blair, que tildó la difusión de las imágenes en la televisión qatarí Al Jazira de "acto de crueldad más allá de la comprensión de cualquiera con un gramo de humanidad en su alma".

ADVERTENCIA DE BUSH "Eran soldados desarmados ejecutados, y eso es un crimen de guerra", dijo Bush. "No me sorprende que (Sadam) cometa crímenes contra nuestros soldados, ni oír historias sobre sus criminales asesinando a sus conciudadanos e intentando culpar a las fuerzas de la coalición, ni saber que quienes intentan desertar son asesinados", añadió. El jefe del Estado Mayor, el general Richard Myers, atribuyó "algunas de las pérdidas sufridas a iraquís que cometen serias violaciones de la ley de la guerra". Mientras, en el Golfo, según el Mando Central, ya hay 4.000 prisioneros de guerra iraquís.