Numerosos edificios de uso público y vías urbanas siguen siendo impracticables para el colectivo de los discapacitados físicos y sensoriales. Museos, sindicatos, instituciones y varias oficinas de Correos figuran en esta lista, de la que tampoco escapan vías recién remodeladas, como la calle Alfonso I o Cinco de Marzo, e inauguradas, como el Tercer Cinturón. Zaragoza sólo dispone de un plazo de seis años para conseguir ser una ciudad plenamente accesible. En el 2009 se cumple el límite temporal estipulado por la Ley de Supresión de Barreras de 1999, que está a punto de ser refrendada por otra normativa a nivel nacional que será sometida a votación a final de año en el Congreso de los Diputados. El esfuerzo de las asociaciones se ha centrado también en este último proyecto de ley, al que se presentaron alegaciones para evitar que estableciera una prórroga de 15 años más para la plena accesibilidad.

La Ley de Supresión de Barreras Arquitectónicas, que quedó aprobada por decreto en 1999, establecía la necesidad de lograr la accesibilidad en edificios de uso público (independientemente de la titularidad). Para ello, exigía el cumplimiento de una serie de normas en obra nueva, así como un plan de actuaciones en edificios y vías ya existentes. "La ley supuso un gran paso en un momento de gran descoordinación entre las actuaciones que se llevaban a cabo para la supresión de barreras arquitectónicas", explicó Juan Carlos Castro, secretario técnico de Disminuidos Físicos de Aragón. "Sin embargo, vemos difícil que los plazos se cumplan a no ser que haya una mayor concienciación, tanto por parte de la ciudadanía en general como de las instituciones que tienen que hacer el esfuerzo inversor".

DEMASIADOS PROBLEMAS Cuatro años después de la aprobación de la ley de 1999, los problemas siguen siendo muchos. Según datos facilitados por Disminuidos Físicos de Aragón (DFA) sólo en Zaragoza, figuran como puntos negros el Instituto Aragonés de la Mujer, Correos, la Biblioteca del Antiguo Matadero, el Centro Cultural Tío Jorge y varios museos. Y el mismo problema se repite en vías recién remodeladas como las calles Heroísmo, Reconquista y Gómez Salvo, que tendrán que ser sometidas a reparaciones (y, por tanto, a un nuevo esfuerzo presupuestario del ayuntamiento) si quieren ajustarse a la ley.

Algo parecido ocurre en el caso del paseo de Independencia y de las recientemente peatonalizadas calles Cinco de Marzo y Alfonso I. El pavimento cumple todas las exigencias, pero el acceso a los comercios, pasajes y cines sigue siendo inviable para cualquier persona con movilidad reducida.

PREGUNTA AL CONGRESO Recientemente, el diputado nacional por CHA, José Antonio Labordeta, presentó al Congreso una interpelación sobre las barreras existentes en otra serie de edificios públicos de la Administración del Gobierno en Aragón. Entre ellos estaban la Delegación de Defensa y la Subdelegación del Gobierno de Teruel (para la cual ya se ha encargado un estudio de eliminación de barreras), el edificio del Ministerio de Hacienda de la plaza Tremedal de esta misma ciudad, el del Catastro de la calle José Luis Pomarón de Zaragoza y las unidades de Carreteras de las tres provincias.

En algunos casos, la eliminación de barreras choca con el carácter patrimonial de algunos edificios. Pero también hay reformas más sencillas que todavía no se han realizado. Además, los responsables de las asociaciones de discapacitados hacen hincapié en el aspecto de la concienciación. Los coches aparcados en pasos de peatones o en plazas reservadas para minusválidos constituyen una de las principales barreras.