Angel Clavijo, propietario de un taller reparador de vehículos de Zaragoza, está alterado. Comprende y apoya la nueva normativa que prohibe verter neumáticos enteros, pero está harto de que "siempre tengan que pagar los mismos".

Sin embargo, el presidente de la Asociación de Talleres Reparadores de Vehículos de Zaragoza (Atarvez), Agustín Lalaguna, indica que el hecho de triturar no va a afectar a pequeños talleres porque apenas "tienen tres o cuatro ruedas, pero sí a los grandes neumatiqueros".

Hasta el pasado miércoles, Angel tenía que hacer frente a los gastos de alquiler de un contenedor para depositar los neumáticos y a los responsables de los camiones encargados de recogerlo. Angel no quiere desvelar el presupuesto.

El final del principio

Pero no duda en quejarse de la subida que le supone tener que triturar los neumáticos, para adaptarse a la normativa. Cada quince días en el contenedor deposita unas 400 ruedas de vehículos. El precio de triturar es de 0,12 euros por kilo. Una rueda de coche pesa 7 kilos y una excavadora puede llegar a más de 300 kilos. Así, Angel tiene que añadir a su contabilidad el gasto de 0,80 euros por rueda de coche y más de 36 euros por rueda de excavadora. "La DGA debería financiarlo".

Javier Herrando es el jefe del departamento comercial de la empresa Recauchutados Herca de Zaragoza. Esta compone el grupo de trece gestores de neumáticos, que coordina la eliminación de este producto que de ser considerado residuo urbano ha pasado a peligroso.

Este compañía familiar que cuenta con 20 empleados trabaja al día con 80 ruedas que siguen caminos distintos. Cuando los cuatro camiones y dos furgonas descargan los neumáticos de cualquier vehículo, un técnico es el encargado de rellenar el DNI de la rueda, que si tiene más de siete años va al vertedero.

Aunque ahora con forma distinta: "El neumático se tritura y acaba en cuadrados de diez por diez y, así, al enterrarlos ya no entra ni tierra ni agua en la rueda y no aflora a la superficie".

Por ahora, la vida de algunos neumáticos termina aquí (un 30 por ciento del total recibido en Herca). Pero Herrando explica que de aquéllas que se pueden reutilizar (recauchutar), una parte se recicla. Esta también la trituran hasta convertirla en polvo, que por 0,3 euros por kilo, lo venden para fabricar alfombrillas de choches, parques infantiles o barcos. "Habría que dar un uso final a los neumáticos. No creo que la planta de Alloza sea rentable porque se necesitaría que Aragón tirará 15.000 toneladas de residuos, cuando sólo hay 8.000". El apuesta por cementadoras, donde se quemaran a más de 1.200 grados, "temperatura que elimina cualquier contaminación", para generar energía. "En Aragón no se puede quemar, pero en otras comunidades se hace, aunque se requiere financiación".