Dos meses de intenso calor con temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados. Desde que en el mes de junio comenzara la fuerte ola de calor que todavía afecta a Aragón, los termómetros permanecen impasibles ante el paso del tiempo. Apenas se han registrado cambios significativos durante este período, salvo en días aislados en los que el cierzo ha hecho acto de presencia para dar un esporádico respiro a los aragoneses.

Según declaraciones realizadas a EL PERIODICO DE ARAGON por el responsable del Grupo de Predicción del Instituto Meteorológico Territorial aragonés, Antonio Gordo, "hace bastantes años que no se produce un fenómeno de este calibre. Habría que remontarse hasta 1994 para encontrar un período tan continuado de calor en la comunidad aragonesa".

En agosto de aquel año, se superaron los 40 grados a la sombra y muchos materiales se encontraron al límite de la ignición. Sin embargo, las temperaturas alcanzadas estos días no son una novedad en Aragón, "donde no es extraño ver niveles superiores a los 35 grados durante los meses de verano", matizó el responsable del instituto. De hecho, las temperaturas registradas desde que se inició el mes de agosto no han alcanzado los máximos históricos de la capital aragonesa, datados en 1869, cuando Zaragoza padeció 42,4 grados.

Eso sí, Gordo aseguró que las temperaturas no son extremas si se comparan, por ejemplo, con los 41,2 grados del 16 de agosto de 1987, la máxima de los últimos treinta años. Pero sí dejó claro que desde junio los indicadores señalan una media de 4 o 5 grados por encima de los valores normales para estas fechas.

Ayer, Zaragoza tuvo la máxima de Aragón, con 38,6 grados; seguida por Sariñena, con 38,4; Daroca, con 37,6 grados; y Calatayud, con 37,3. En Huesca, los termómetros alcanzaron los 37,1 grados centígrados y en Teruel se llegó a los 34,6.

Una tendencia que también pudo constatarse durante el pasado fin de semana, en el que las temperaturas máximas también superaron con creces los 35 grados, incluso en zonas de la comunidad que, como los Pirineos, tienen un clima más suave. En Sos del Rey Católico, una localidad que se encuentra a unos 700 metros de altura, se alcanzaron temperaturas máximas de 38 grados. Zaragoza se unió a la tendencia general, con temperaturas que en el aeropuerto ascendieron a 39 grados durante la jornada del domingo.

AUSENCIA DE HOSPITALIZACIONES Afortunadamente, los temidos golpes de calor no se han cobrado ninguna víctima mortal en la comunidad aragonesa, según fuentes del hospital Miguel Servet de Zaragoza, a diferencia de lo sucedido en provincias como Córdoba, Sevilla o Huelva, entre otras.

Igualmente, los servicios de Urgencias de dicho hospital y del Clínico zaragozano confirmaron que no se ha atendido a ninguna persona por padecer algún tipo de enfermedad provocada por las altas temperaturas.

Por otra parte, las causas que explican este fenómeno meteorológico parecen claras: "El anticiclón de las Azores ha invadido España y Europa durante semanas --países como Francia o Gran Bretaña también padecen la ola de calor--. Mientras los frentes fríos se dirigen hacia el norte, el anticiclón se encuentra estabilizado, por lo que no se producen lluvias, nubes ni vientos", explicó Gordo.

Las predicciones tampoco reflejan grandes cambios a corto plazo. Al menos hasta el jueves se espera que la situación no varíe en la comunidad aragonesa. Tal vez, de cara al fin de semana se produzca algún fenómeno tormentoso en zonas como los Pirineos, pero por ahora no existen evidencias de que las altas temperaturas vayan a dejar en paz a Aragón de forma definitiva. Habrá que tener paciencia, porque parece que habrá calor para rato.