Lo de España y Francia con las comunicaciones por Aragón es un cuento de nunca acabar. Se da un empujón al Vignemale, tibio, pero empujón, pero se olvidan del Canfranc. En otras cumbres, apostaron por el Canfranc pero obviaron el Vignemale. Del otro lado del Somport, claro, nadie habla. Y es que esta vez, la clave de Carcasona era electoral y catalana, por eso Aragón tenía poco quehacer. Pero ya cambiarán. Las elecciones, los presidentes o el tiempo hará cambiar.