El consistorio zaragozano ha retomado por fin las obras del futuro Museo del Fuego, que estaban paralizadas desde enero del 2003 como consecuencia del mal estado que presentaba el edificio que lo albergará, el antiguo convento de Mínimos de la Victoria. La comisión técnica del Ministerio de la Vivienda ya ha dado su visto bueno a la reforma del proyecto oficial, que incluye como principales modificaciones el refuerzo de la estructura, la supresión del acristalamiento previsto en el suelo del claustro barroco y el cambio de la cubierta para aligerar su peso.

La empresa adjudicataria, FCC, pudo reanudar el mes pasado los trabajos tras levantarse parcialmente la suspensión de los mismos, por lo que los operarios están desde entonces haciendo acopio de material, ejecutando catas y consolidando la estructura básica del edificio, que data del siglo XVII. Ahora, tan sólo falta la aprobación definitiva de la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, para que la autorización de obras sea total. El trámite es cuestión de días.

RETRASO Los responsables de Urbanismo confían en inaugurar este equipamiento cultural en enero del año 2007, lo que supondrá un año y medio de retraso respecto a la última fecha oficial, que fue anunciada por el anterior Gobierno municipal, del PP.

El Museo del Fuego abrirá sus puertas junto al parque de bomberos de la calle Ramón y Cajal de la capital aragonesa, que ocupa un ala del edificio ya renovada por completo. En la actualidad, el antiguo convento de Mínimos de la Victoria es tan sólo un esqueleto de muros y vigas de madera, proceso que se ha acometido con el fin de sanear en profundidad el edificio.

Las obras arrancaron en abril del 2002, pero no había transcurrido ni un año cuando los populares tuvieron que paralizarlas para replantear el proyecto al comprobarse el mal estado de los muros de carga originales del convento.

El modificado de esta actuación recoge precisamente el refuerzo del esqueleto del edificio, al que también se le aligerará de peso con el rediseño de la cubierta del patio barroco. Este también perderá el piso de cristal previsto, bajo el cual se iban a exponer los vehículos históricos. La complejidad de la obra y su elevado precio han llevado a suprimir la solución, por lo que las piezas se exhibirán directamente en el patio.

Los cambios no afectarán al conjunto del museo, que mantendrá sus 5.951 metros de superficie. El conjunto museístico, de cuatro plantas, una de ellas sótano, conforma una U que se cierra con el parque de bomberos.

Los subterráneos abovedados originales acogerán salas temporales, mientras en la planta calle se abrirán una cafetería, un salón de actos y la muestra de vehículos antiguos. En los pisos superiores se repartirán una biblioteca, varias salas de exposiciones y aulas.