El tramo del AVE entre Lérida y Tarragona ha traído muchos quebraderos de cabeza a los ingenieros. Tres túneles situados en Montblanc y La Riba, construidos durante el Gobierno del PP, cedieron y hubo que elaborar un completo estudio geológico y buscar soluciones técnicas que consistieron en construir contrabóvedas circulares y el refuerzo de la estructura.

La labor resultó compleja y muy cara: los cambios costaron 70,6 millones de euros. Al final, y a pesar de las opiniones de los vecinos, que dudaban de la posibilidad de garantizar la estabilidad en una zona montañosa que históricamente se caracteriza por sufrir desplazamientos, se encontró la solución definitiva.

Una de las piezas del itinerario más llamativa es el viaducto de Vinaixa. Mide algo más de un kilómetro de largo y tiene 22 ojos. Dos arcos de 41 por 24 metros permiten el paso de la línea ferroviaria.