Las familias desalojadas de la fábrica abandonada de Cogullada tienen una larga historia a sus espaldas. Algunos de ellos proceden del gueto de la Quinta Julieta, el asentamiento del barrio de San José del que se decía que ni la Policía se atrevía a entrar y que se desmanteló a finales de los años ochenta. Aquellas personas se distribuyeron por la ciudad gracias a las ayudas económicas que se les concedió tras la eliminación del asentamiento. Algunos acabaron en pisos, aunque muchos otros optaron por ocupar viviendas abandonadas. Uno de estos puntos de ocupación ilegal fue el de la calle Santa Fe, en La Jota, donde muchas de estas personas vivieron durante años hasta que en el 2004 se desalojaron. Las familias afectadas volvieron a hacer las maletas en busca de un nuevo hogar y algunos llegaron a la antigua fábrica de Aceros del Ebro, en Cogullada. El mismo espacio que ayer se vieron obligados a abandonar.