"Con 400 viviendas se puede financiar el mejor campo de golf". Así de tajante se muestra el director general de Urbanismo de la DGA, Julio Tejedor, a la hora de valorar la equidad de los convenios urbanísticos que se ofrecen a los alcaldes del área metropolitana de Zaragoza, y que no siempre son, advierte, los ventajosos para los municipios.

Los campos de golf, los clubs hípicos, helipuertos o cualquier otro servicio que planteen los promotores para hacer más atractivas sus propuestas no son, dice Tejedor, "ni buenos ni malos"; el problema, insiste, es saber qué urbanismo se quiere hacer, con qué dimensiones y asegurarse de que las tasaciones son correctas y responden al mercado.

"Hacemos las cuentas de los proyectos como si nosotros fuéramos los promotores", explica el responsable autonómico. Y a tenor de los resultados, se habla con los alcaldes, para que no acepten convenios desventajosos para las arcas municipales, o que causen un desequilibrio por el desproporcionado y veloz crecimiento de la población. La DGA desconfía del brillo de los campos de golf. Se financian, afirma Tejedor, con unos pocos cientos de viviendas. Y el servicio que prestan al municipio puede ser cuestionable. De hecho, de una decena de proposiciones en este sentido, la gran mayoría está en lista de espera y sin visto bueno del Gobierno.

El ejemplo en el este de Zaragoza es el que se proyecta sobre suelo rústico en Fuentes de Ebro, apoyado por el ayuntamiento; los seis millones de euros que recibiría el consistorio por autorizar el plan residencial no convencen a la DGA. En La Puebla, el nuevo club hípico en marcha también sufrió un parón, pero el alcalde lo atribuye a problemas de vecindad con Pastriz, que alegó en su contra. Tras algunas modificaciones, la DGA le ha dado vía libre.