Con el brutal atentado de Madrid, ETA rompe el alto el fuego permanente y, también, el procedimiento que empleó para romper sus dos treguas anteriores. El 28 de noviembre de 1999, seis meses después su única y estéril reunión con el Gobierno de José María Aznar, la banda anunció mediante un comunicado que reanudaba la actividad terrorista. En diciembre la Guardia Civil interceptó a la altura de Calatayud una furgoneta etarra con 1.600 kilos de explosivos, y el 21 de enero del 2000 cumplió su amenaza al asesinato en Madrid a militar Pedro Antonio Blanco.

Aunque ETA definió aquel alto el fuego como "indefinido" --no "permanente", como el que decretó el pasado 22 de marzo--, lo mantuvo durante 14 meses sin una sola acción terrorista. Sí menudearon, en cambio, las acciones de violencia callejera en Euskadi, hasta superar el millar. Lo que no impidió que los enviados de Aznar celebrasen una reunión exploratoria con Herri Batasuna, en diciembre de 1998 en Burgos, y otra formal con ETA, el 19 de mayo de 1999 en Zúrich.

TRAS LA MESA DE ARGEL Diez años antes, tras las conversaciones de Argel con el Gobierno de Felipe González, ETA siguió un procedimiento similar: el 8 de enero de 1989 ETA decretó una tregua de 15 días, luego prorrogada hasta el 26 de marzo; y, frustrada negociación, el 4 de abril declaró abiertos "todos los frentes" y el día 7 hirió de gravedad a un profesor de gimnasia.