Salcedillo, una pequeña localidad de la comarca turolense de las Cuencas Mineras, ha dejado de ser el municipio menos poblado de España. Los ocho habitantes que conservaba en el padrón del 1 de enero del 2004 lo habían situado en esa posición, aunque empatado con varias localidades del interior de la Península. Dos años después, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), sigue teniendo el vecindario de derecho más reducido de Aragón, aunque, en la clasificación estatal, ha dejado atrás a otras localidades como la toledana Illán de Vacas --seis habitantes-- o la alcarreña de Tordelrábano --nueve--. Empata con la riojana Valdemadera y, también, con la soriana Estepa de San Juan.

El pueblo ha recibido seis nuevos vecinos en dos años, según explicó el alcalde, José Millán. Se han empadronado dos pastores que trabajaban en el pueblo y un labrador acompañado de su esposa y sus padres.

Salcedillo comenzó la posguerra con 107 habitantes, 63 menos de los que tenía en 1920. Sin embargo, en los años 50 comenzó su declive. Pasó a contar con 57 vecinos en 1960, que se redujeron a quince en 1970 y pasaron a solo nueve en 1981. Sus 38 hogares habían quedado reducidos a cinco ocupados por nueve personas. Su historia es una más entre los pueblos de la comarca: en una quincena de ellos no hay escuela, ya que en la mayoría no viven niños, explica Millán.

Sin embargo, las dificultades de acceso a la vivienda en las ciudades han animado a los alcaldes de la zona para buscar una forma de revitalizarla. Cáritas y las Comarcas de Calamocha y las Cuencas llevan unos meses trabajando en un plan de repoblación --y asentamiento-- basado en la disponibilidad de techo junto con la posibilidad de creación de empleo en Calamocha, Daroca y sus entornos. "Ilusión hay, pero no es fácil. en la comarca falta lo fundamental, que es el elemento humano", dice Millán, que destaca las perspectivas que abre para la zona la construcción de la autovía y la rehabilitación del balneario de Segura de Baños.