A quien ha sentado mal la paralización de las obras ha sido a los vecinos del Arrabal, principales afectados por los desvíos del transporte público, la reducción de aparcamientos, el corte de la calle Sobrarbe y el estrangulamiento del puente de Piedra. El presidente de la Asociación de Vecinos Tío Jorge del Arrabal, Rafael Tejedor, mostró ayer la indignación del sector por tres motivos fundamentales: "Porque es compatible el trabajo de unificación de los servicios con la realización simultánea de las excavaciones arqueológicas, porque se está perdiendo un tiempo que para vecinos y comerciantes es oro, y porque sigue sin atenderse nuestras propuestas para mejorar el transporte urbano mientras duran las obras".

Asimismo, el colectivo exigió información de los trabajos que se están realizando y, de manera urgente, la mejora del paso peatonal por el puente de Piedra para evitar situaciones como las del día del Pilar. "La Policía tuvo que regular el tráfico de personas, porque solo había un pasillo de un metro de ancho para cruzar de una orilla a otra y hubo filas de 25 minutos", recordó el presidente, para quien es necesario pensar ya en un plan de dinamización comercial para después de las obras con el que compensar a los comerciantes por las molestias sufridas.

También el portavoz de la Asociación de Vecinos del barrio de Jesús, Óscar Pérez, se quejó ayer de las demoras. "No podemos asumir los barrios que se paralice la movilidad de los vecinos durante todo ese periodo te tiempo", recordó. Pérez reivindicó medidas compensatorias de forma "urgente" y reclamó una comisión de estudio y seguimiento de las obras con los técnicos municipales.

La Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), mostró ayer su "desesperanza", ante la "irresponsabilidad" de los trabajos que se están llevando a cabo en la zona del balcón de San Lázaro. La asociación recordó que lleva "mucho tiempo exigiendo que el trabajo científico de análisis sea previo a cualquier actuación urbanística en la zona. Es surrealista que se actúe por tramos y sin una visión global". En opinión de este colectivo que defiende el patrimonio aragonés, se trata de una zona de importancia "vital" para el conocimiento del Arrabal zaragozano y "no es tolerable" que todo el potencial cultural, científico y ciudadano de la zona se pierda en aras a las prisas para llegar a la Expo 2008.