Ni encerronas ni provocaciones. Pedro Solbes no cayó en ninguna trampa en su visita a Zaragoza. Ni la que algunos quisieron tenderle días antes sobre el futuro de los edificios de la Expo, ni la que le lanzó cara a cara el presidente de la patronal aragonesa, Jesús Morte, para que anunciara una rebaja de impuestos. Conocedor de lo que se jugaban todos, Marcelino Iglesias no quiso quedarse atrás y se desmarcó también, sin que nadie se lo pidiera, de la encerrona de la Expo y de las peticiones fiscales empresariales.

De sopetón, el presidente aragonés le dijo al rector Felipe Pétriz que nadie hará nada que afecte a la Universidad de Zaragoza sin contar con ella. Por si acaso alguien pensaba en lo contrario porque alguien habría lanzado que querían llevar el campus a Ranillas tras la Expo. Alguno de los más de 300 comensales de la Cumbre Empresarial no entendió nada, pero Pétriz, Solbes e Iglesias, sí. Y hasta el alcalde Juan Alberto Belloch lo entenderá, aunque ayer prefiriera, quizás por esto mismo, comer con otros.

Solbes cumplió con su papel. No rompió la tradición y ni dio noticias, ni quiso ser asesor de vivienda. Impartió una magnífica clase de Economía de segundo de carrera. Despierto, con las ganas de querer seguir sirviendo a la sociedad desde lo público, el vicepresidente fue sutil con el lenguaje, astuto con el contenido, atento con las formas, y discreto ante su futuro.

De las infraestructuras no pudieron oír casi nada los empresarios en boca de Solbes, aunque sí dijo que Aragón "tiene margen de maniobra para hacer infraestructuras propias". Ahí Morte arrancó de Iglesias una frase: "Con el Gobierno de Sarkozy somos más optimistas". El presidente de la CREA quería ir más lejos. Quería que les dijera a todos que el nuevo presidente de Francia había dicho hace poco, en una reducida reunión, que su máximo interés político con España se centra en dos temas: la lucha antiterrorista y el paso por los Pirineos. Se supone que la travesía central. Pero no lo dijo.

Pese a todo, La Alquería, en Utebo, a rebosar de PIB aragonés en el día de ayer, fue un excelente escenario para que los empresarios dieran las claves del futuro de Aragón y los políticos, juegos aparte, vendieran sus recetas para, salvando riesgos y desequilibrios, se pueda seguir diciendo que todo va bien. Solbes se fue en el AVE de las 5. Quizás con retraso, pero sabiendo que la Expo marcha, que Aragón sigue siendo una de las zonas más emergentes de España y que los empresarios de aquí son fieles a la monarquía. Que así lo dijo Morte.