"Orgullosos y felices". Así se mostraron ayer los 1.200 voluntarios que acudieron puntuales a la apertura de la pasarela peatonal sobre el río Ebro y los centenares de ciudadanos que durante toda la jornada aprovecharon la nueva infraestructura para comprobar en primera persona sus maravillosas vistas hacia la Expo, el Casco Histórico o los barrios del Actur y La Almozar. "¡Qué gran momento!", decía Aurora, una vecina de La Almozara. "Llevábamos meses esperando que abrieran este paso hacia la margen izquierda", añadía José. "Y qué bonito está el río que se nos quieren llevar", respondía Antonio poniendo un toque de actualidad a los comentarios.

"Se mueve un poco, pero no da miedo", contaba emocionada Marifé, otra vecina de la margen izquierda. Los residentes en la calle Río Guadalope recordaron cómo la trasera de esta vía, conocida como parque de La Maceta, pues fue durante décadas un lugar escogido por los drogadictos que acudían a pincharse por estar muy escondido y cómo cuando llegaron al barrio en los años setenta este espacio estaba ocupado por una acequia y matorrales. "Solo pedimos que pongan papeleras para cacas de perro porque está todo demasiado bonito como para que se eche todo a perder en unos días", apuntaba Rosa. "La pena es que no hayan sacado a una empresa de material de construcción que ocupa parte de la calle y que la pasarela no salga directa al camino de La Almozara", se quejaba Antonio.

Y es que el entusiasmo ciudadano por conocer de cerca esta obra del ingeniero Manterola causó más de un dolor de cabeza a los responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro, promotores de la obra, porque aprovechaban los fines de semana para colarse y cruzar sin permiso.

Desde ayer, cruzar este paso peatonal de día y de noche ya puede ponerse en práctica sin cortapisas. "Es más bonita de lo que pensaba y da un gusto ver pasar el agua a tus pies", decía emocionada Salomé, una de las voluntarias de la Expo que acudió puntual a la cita de Expoagua. "He podido ir a trabajar a Grancasa sin subir al 42", explicaba feliz Pilar.