Los hosteleros no están, en general, contentos con la Expo. Una excepción son los de la plaza del Pilar, que aseguran estar recibiendo turistas, de otros países y, sobre todo, por la noche. De ahí que algunos hayan decidido subir, levemente, los precios, tanto del menú, como de las tapas y la bebida. Y otra rareza en cuanto a buenos ingresos son unos pocos locales de la ciudad, puntuales, bien situados y con gancho. El resto, incluso habla de que la muestra les perjudica, porque se lleva a la clientela, y espera a que con la llegada de las vacaciones escolares el ambiente se anime. A todo esto se suma el que los ciudadanos se rascan cada vez más el bolsillo.

Desde la Asociación de Cafés y Bares, Chema Sanjuán señala que "el primer fin de semana de la Expo no hubo gente en ningún sitio. Y está por ver qué dará el segundo". Y los propietarios de bares consultados admiten que la crisis económica sí se está notando en sus establecimientos.

De hecho, cada vez es más habitual encontrar una pizarra en las fachadas de los establecimientos con ofertas para desayunos y almuerzos. Café y bollería por menos de dos euros; pincho y caña por dos euros; o tapas a 0,80 euros (incluso a 0,60) son algunas de las alternativas.

"Bajar el precio no incrementa el consumo. Porque este sector no es como el comercio textil, donde se puede dar la compra impulsiva", añade al respecto José Luis Izuel, de Horeca (Asociación de Empresarios de Hoteles y Restaurantes).

CALLE ALFONSO Y EL PILAR Un paseo por la calle Alfonso y plaza del Pilar evidencia el temor que existe a que se conozca una subida de precios como consecuencia de la Expo. Muy pocos admiten que se haya producido en su negocio, mientras que la mayoría asegura que sí ha subido en locales vecinos. Sin embargo, Izuel es firme al respecto: "Los precios que se estaban ofertando en el Pilar eran muy asequibles. Por lo que la subida entra dentro de la lógica".

Parecido ocurre con el volumen de negocio. Unos se muestran contentos, porque "casi todo el que viene a la Expo pasa por el Pilar o tiene el hotel en los alrededores y antes de acostarse se toma algo o cena". Y otros aseguran que la caja es similar a la del verano pasado. "Yo creo que el verdadero boom será en agosto, que es cuando la gente está de vacaciones", dicen en Las Palomas.

"Estoy lleno desde el primer sábado. Pero el 90% viene a comer el menú de seis euros. Y solo cuando el local está lleno se sienta en la terraza, que es más caro", contestan en Cafetería España.

Pero una vez se sale de las zonas turísticas, el panorama cambia. También para mejor. Como en los bares de La Almozara cercanos a la pasarela. "Nosotros siempre hemos trabajado muy bien, porque ofrecemos buena relación de calidad y precio. Y se nota desde que se ha abierto. Pero los turistas solo entran de vez en cuando", dice Juan, del bar Cervino, en la calle Ainzón.