El joven de 26 años que el pasado sábado entró en coma tras ser golpeado en la zona de bares de la calle Contamina de Zaragoza falleció a mediodía de ayer, apenas unas horas después de que se produjera la detención de su presunto agresor, según la Jefatura Superior de Policía, y de otros dos jóvenes implicados en los hechos. Iñaki L. S murió en la UCI del hospital Miguel Servet de un edema cerebral causado por los golpes que recibió en la cabeza, el último cuando cayó desplomado en el suelo, a consecuencia de un puñetazo. La familia ha donado todos sus órganos.

La primera detención por este suceso tuvo lugar en la noche del domingo, cuando la víctima se debatía entre la vida y la muerte. M. G. D., de 22 años, fue identificado por la Policía como presunto autor de la agresión. Sin embargo, a primeras horas de la tarde de ayer se presentaron en dependencias policiales otros dos jóvenes, de 22 y 23 años, cuyas identidades se corresponden, respectivamente, con las iniciales M. M. G. y J. G. E. L. Todos quedaron detenidos y, a última hora de la tarde, prestaban declaración ante los investigadores del grupo de Homicidios.

J. G. E. L., que se personó acompañado del abogado Javier Notivoli, admitió haber participado en la refriega y confesó haber propinado a la víctima un solo golpe. No obstante, y en su descargo, explicó que antes del intercambio de puñetazos, los detenidos y el grupo de la víctima y sus amigos habían tenido un rifirrafe en la puerta de un bar y que el ahora fallecido les había provocado verbalmente. Por eso, consideró que su actuación había sido en legítima defensa. Asimismo, añadió que se había entregado a la Policía al verse sorprendido por la magnitud de los hechos y que nunca antes había estado en prisión. Según fuentes próximas al caso, los otros dos detenidos ratificaron su versión.

El que si se encontraba en tercer grado de cumplimiento (solo duermen en prisión y los fines de semana tiene permiso) es el primero de los detenidos, M. G. D.

Según ha podido saber este diario, este muchacho cumplía una condena de dos años por un robo con intimidación, ocurrido en el año 2005, en el que se apoderó de 20 euros y un teléfono móvil. Tras su detención hace tres años ingresó en la cárcel como preventivo y cumplió parte de la pena, lo que hizo que hace unos meses obtuviera el tercer grado penitenciario y pasara a depender del Centro de Inserción Social (CIS) de Torrero, donde recibía el apoyo de varias oenegés.

Fuentes policiales aseguraron que M. G. D. procede de una familia marginal y es un viejo conocido de la Justicia, con numerosos antecedentes, aunque la mayoría no figure en su ficha policial porque los cometió siendo menor. Como adulto solo le consta otra condena de seis meses, en el año 2007, por un delito de resistencia.

Esta previsto que los tres detenidos por estos hechos pasen a disposición judicial hoy o mañana.

UNA MIRADA A 1997 Las circunstancias en las que se ha producido la muerte de Iñaki S. L. son una desgraciada copia de otro suceso ocurrido en mayo de 1997 en la capital aragonesa. En aquella ocasión, la víctima fue un joven de 21 años, Antonio L. B., que se encontraba de copas con un grupo de amigos en la zona de bares de la calle San Juan de la Cruz. Una cuestión banal propició un encontronazo con otro grupo de jóvenes que acabó en tragedia. La víctima fue brutalmente agredida hasta que un puñetazo en la mandíbula provocó que cayera inconsciente sobre una alcantarilla y se golpeara en la parte posterior del occipital. Después fue arrastrado.

Tras permanecer cinco días en coma, el joven no pudo superar las graves lesiones cerebrales y falleció el mismo día que cumplía 21 años. Su agresor, José Julio L. de 20 años, también acabó por entregarse a la Policía tras conocer por los medios de comunicación, según dijo, que su víctima había fallecido. Un jurado popular considero culpable de homicidio al autor y un tribunal le impuso una pena de diez años de prisión.