Tras más de seis meses de convulsión interna, el PP aragonés cerrará este fin de semana su proceso de renovación orgánica con la celebración de los tres congresos provinciales, que se prevén tan exentos de tensiones como el regional que el pasado noviembre puso al frente del partido a Luisa Fernanda Rudi. Aunque queda por ver el grado de descontento que revelan los votos en blanco de los compromisarios, especialmente en Zaragoza y Teruel. Rudi cosechó un castigo del 16% ante el que reaccionó con una promesa de integración que tiene este fin de semana su primera prueba de fuego.

El sábado, Luis María Beamonte y Antonio Torres serán elegidos presidentes del PP de Zaragoza y Huesca, respectivamente. El domingo, Carmen Pobo quedará al frente del partido en Teruel. Y con ellos, nuevos equipos que tratan de integrar las diferentes sensibilidades de la formación para, bajo la vigilancia de Rudi y de su secretaria general, Rosa Plantagenet, cerrar las heridas que en el último año y medio amenazaban con desgarrar el partido y que obligaron a Génova a imponer a Rudi para impedir una quiebra cuando se plantearon dos candidaturas al congreso regional. El partido encajó la imposición y cerró filas. Desde el lunes, su objetivo único será regresar al Pignatelli.

Perder de nuevo las elecciones en Aragón en marzo puso al PP en un nuevo punto de salida. No hubo dimisiones en las ejecutivas conservadoras, pero sí muchas voces que hablaron de la necesidad de renovar. Y esas sensaciones internas se tradujeron en la existencia de dos grandes bloques en el ámbito regional y de algunas divisiones más en los locales. Una brecha que estuvo latente mientras el que era entonces presidente regional del partido, Gustavo Alcalde, mantuvo la incógnita sobre si se iba a volver a presentar.

Despejada esa duda (Alcalde dejó paso), surgieron con fuerza dos corrientes, la encabezada por el zaragozano Antonio Suárez y la liderada por el oscense Antonio Torres, ambos diputados, pero el primero más próximo al presidente saliente y el segundo, adscrito a una denominada corriente crítica. Con la posibilidad de un congreso regional de confrontación, los conservadores comenzaron a alinearse.

Este fin de semana se cierra el proceso con los tres cónclaves provinciales, para los que la propia Rudi reclamó unidad e integración: Ni enfrentar candidaturas ni dar imagen de división. Y así será.

En Zaragoza, Beamonte y José Antonio Leciñena, portavoz municipal en Ejea y su lugarteniente desde mañana, tienen como tarea principal cohesionar un partido desgarrado por enfrentamientos internos en una provincia en la que los conservadores retroceden al mismo ritmo que avanza el PSOE y en la que está en juego la segunda institución política de Aragón, el Ayuntamiento de la capital.

En Huesca, la diputada autonómica Carmen Susín relevará como número dos al concejal oscense y senador Roberto Bermúdez de Castro, ascendido a la cúpula regional. Torres, el único presidente provincial del PP aragonés que repite en el cargo, ha reducido y rejuvenecido el núcleo duro, con cinco directivos de su máxima confianza.

El caso de Teruel ha seguido lo que podría llamarse modelo Rudi. Se especuló con la posibilidad de que Manuel Blasco, actual presidente provincial, volviera a presentarse. Pero le salió un posible competidor, Miguel Ángel Lafuente, vicepresidente segundo de la Mesa de las Cortes y hasta hace poco uno de sus más estrechos colaboradores.

Sin embargo, Blasco dejó de ser candidato a la reelección al ocupar un alto cargo --vicesecretario de Acción Institucional-- en la nueva ejecutiva de Rudi. Ante la posibilidad de que las espadas se pusieran en alto, el partido optó por designar una candidata que todas las partes pudieran asumir: Carmen Pobo, alcaldesa de Cella y diputada autonómica.

Pobo lleva unas cuantas semanas diseñando su equipo, del que no ha querido que trascienda ni un nombre (también modelo Rudi) hasta el último momento. De hecho, dará a conocer su equipo hoy mismo y ni siquiera los implicados han conocido su destino hasta el último momento. Este hecho ha puesto nervioso a más de uno, pero la tensión se ha controlado.

Pobo ha conformado un equipo joven en el que repetirán algunos miembros de la actual ejecutiva y se estrenarán otros cargos. Y ha intentado repartir juego a toda la provincia para evitar las históricas disputas entre el Bajo Aragón y Teruel.

Al congreso del domingo, que comenzará a las nueve de la mañana y terminará con un almuerzo a partir de las dos y media, asistirán Rudi y, si no hay cambios, Javier Arenas, secretario general de Política Territorial del PP.