La prostitución callejera ha dado un salto cualitativo en Zaragoza. Hasta ahora estaba recluida junto a Conde de Aranda, pero tras tomar al asalto el Camino de las Torres empieza a proliferar en el extrarradio. La zona industrial de Cogullada, sobre todo, se ha convertido en un nuevo foco al calor de la crisis económica.

La carretera de Cogullada, que comunica la calle Alcalde Caballero con Mercazaragoza, es el lugar elegido por las prostitutas para asediar a sus posibles clientes. Las mujeres, de distintas nacionalidades, se instalan a un lado y otro de la calzada, a partir de las seis de la tarde, tanto entre semana (cuando el polígono registra mucho movimiento) como los sábados y domingos.

Sus clientes potenciales son los conductores, dado que al tratarse de un lugar muy distante del centro apenas pasan peatones. "Las prostitutas saben que muchos camiones van a esa parte a descargar su mercancía y aguardan a los chóferes", apuntan fuentes de la Policía Nacional.

"En el caso de Mercazaragoza, se trata de un tipo de prostitución intermitente, que remite algunas temporadas y luego vuelve con fuerza", precisa el mismo informador.

VIGILANCIA La Policía vigila Cogullada y Mercazaragoza, pero no puede intervenir contra las meretrices dado que la prostitución no constituye delito en España. De todas formas, "no ha habido quejas ni se han producido problemas", señala el encargado de una nave industrial de la carretera de Cogullada.

"Vienen todas las tardes, llegan andando y se van andando", indica la camarera de un restaurante situado en los accesos al polígono industrial, ubicado al norte de Zaragoza, entre la avenida de Cataluña, la Ronda Norte y la avenida de la Academia General Militar.

"Ahora hay muchas mujeres de nacionalidad búlgara y de vez en cuando se pasan por aquí, se toman un café y se van", añade la misma empleada. "Dan más pena que otra cosa".

"Por las noches, los clientes se acercan por aquí con sus coches y, si llegan a un acuerdo con las mujeres, se las llevan a un lugar apartado", comenta un taxista que va y viene a menudo a Mercazaragoza. "Ves de todo, desde coches viejos de segunda mano a automóviles de buenas marcas, es increíble", añade este profesional del volante.

Cogullada y Mercazaragoza son dos nuevos exponentes de la prostitución callejera en Zaragoza, la parte más pequeña y visible de un negocio que medra al margen de la legalidad, pero sin infringirla.

En el casco urbano de Zaragoza, las mujeres que hacen la calle están localizadas en lugares muy concretos, como la plaza de José María Forqué y la calle Ramón y Cajal. Esta última zona lleva muchos años activa, pero ha cambiado el tipo de prostitución.

Antes, las meretrices que hacían la calle junto a Conde de Aranda eran españolas que tenían problemas de drogadicción. Sin embargo, con la masiva llegada de inmigrantes, son mujeres rumanas y de raza negra las que han tomado el relevo.

NUEVO FOCO En Delicias ha surgido otro foco. El entorno de la calle Escosura siempre ha albergado muchos clubes de alterne, en su mayoría de mujeres africanas, pero desde hace algún tiempo estas prostitutas han comenzado a salir a las aceras, ante la indignación de los vecinos, que ven cómo el barrio se degrada cada día más.

El foco más reciente de prostitución callejera, la de más bajo nivel, se ha instalado desde hace un año en el cruce de Camino de las Torres con Cesáreo Alierta, en uno de los barrios residenciales más cotizados de la capital aragonesa.

Las prostitutas, todas ellas de raza negra, abordan a sus clientes a la salida de los bares y salas de fiesta y se los llevan a los aparcamientos cercanos, donde realizan servicios que oscilan entre los 5 y los 20 euros.

Se trata de un foco que solo funciona durante los fines de semana, a altas horas de la madrugada, y que ha creado una gran inquietud entre el vecindario, ya que arrastra consigo problemas de suciedad, falta de higiene e inseguridad ciudadana. Por ello, muchas comunidades se proponen instalar verjas.