Pese a la polémica sobre la distinción, José Antonio Labordeta era ayer un hombre feliz. Desde finales de enero sabía que su nombre figuraba como firme candidato al nombramiento de doctor honoris causa por parte de la Universidad de Zaragoza, aunque los sectores más conservadores de Letras ponían pegas a su elección. Por ello el cantautor no quiso pronunciarse sobre la distinción hasta ayer, cuando el Consejo de Gobierno hizo oficial el nombramiento.

"Siento una enorme alegría", manifestó el aragonés más popular, que a su faceta de profesor de Historia ha unido la de escritor, cantante, político y protagonista del programa televisivo Un país en la mochila. Su satisfacción no era para menos. Todos los miembros del consejo de gobierno universitario, salvo uno que votó en blanco, se pronunciaron ayer a favor de su candidatura.

Sin embargo, el polifacético y flamante honoris causa no puede ignorar que un grupo de profesores de la Facultad de Filosofía y Letras manifestó el pasado mes de enero su malestar por su elección por parte de la comisión de doctorado.

En particular, los detractores de la candidatura de Labordeta adujeron que el expolítico de Chunta Aragonesista y exdiputado en el Parlamento nacional carecía de trayectoria en el ámbito universitario, una circunstancia que, en su opinión, lo invalidaba para recibir el galardón.

En este sentido, el sector crítico hizo referencia a un documento que contempla los requisitos que deben cumplir quienes se hacen acreedores al título de doctor honoris causa.

Pero lo cierto es que este protocolo todavía no ha sido aprobado y, además, de recibir finalmente el visto bueno del mundo académico, entraría en flagrante contradicción con la línea seguida hasta ahora, que valora más los "méritos excepcionales" de los aspirantes que la posesión de una sólida carrera en el seno de la universidad.