Marcelino Iglesias y Juan Alberto Belloch se quisieron públicamente. Se echaron flores, muchas flores frente a un Congreso de los Diputados que tiene los leones escondidos y protegidos por las obras. Y no se sabe si por la proximidad de las fieras que también engalanan el escudo de Zaragoza o por la cercanía que mostraron los casi 400 asistentes a la conferencia de Belloch, el alcalde se sintió ayer por la mañana en los salones del hotel Palace como en casa.

Tan eufórico se mostró el edil socialista que no descartó ni siquiera ser el alcalde que inaugure los Juegos en el 2022. "¿Por qué poner límites a la providencia", dijo públicamente. "La única que no querría sería mi mujer, pero tampoco quiso en su día que me dedicara a la política. Y ya ven", añadió.

Tanto aragonés por metro cuadrado había ayer en el Palace que uno no sabía si estaba en el antiguo palacio de los Duques de Medinaceli en el que se hospedó Mata-Hari bajo un seudónimo o en la celebración del 70 aniversario de Casa Emilio.

Ausencias

No acudió el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, como en otras ocasiones. Y eso que él también sabe mucho de sueños olímpicos. Y tampoco el anunciado ministro de Fomento, José Blanco, que tuvo que atender los requerimientos urgentes del pacto anticrisis de Zapatero. Y se echó en falta al vicepresidente José Ángel Biel, que había estado horas antes con Chaves en Madrid.

Eso sí, el periodista y moderador del debate Manuel Campo Vidal resaltó que estaban presentes el presidente de Telefónica, César Alierta, y el arzobispo de Zaragoza, Manuel Urueña. ¡Viva Aragón! No faltó casi ni un solo alto cargo con mando en plaza en Madrid. También estuvo la crˆme de la crˆme del mundo empresarial. Y por no faltar, no faltó ni la presidenta de las Amas de Casa de Alcorisa, Manolita Rubio.

Belloch, que se creció conforme avanzaba su conferencia, llevaba apuntado en su discurso la pronunciación en inglés de ciudades como Salt Lake City (salt leik siti), curling (curlin), bobsleigh (bósleig) o luge (luss). No en vano, el juez aragonés tuvo formación francófona. Pero la pronunciación no supuso obstáculo alguno para el alcalde, que incluso se animó a responder a una pregunta sobre el juez Garzón. Se hizo la foto con Lissavetzky, Blanco e Iglesias para demostrar que el apoyo expresado en octubre seguía. En apenas media hora se desalojó el hotel. La ciudad no es para mí. Viajeros al tren.