Los comercios también sufren las afecciones de las obras, algo que condiciona la clientela y, en consecuencia, las ventas. Es el caso del hotel Gran Vía, que no atraviesa su mejor momento. Sin embargo, los establecimientos prevén una recuperación con la reapertura de Gran Vía. Esperan que con las aceras más anchas y los pasos peatonales provisionales, aumente con los días el tránsito de personas en esta zona céntrica de la ciudad. Todo ello, explican, repercutirá positivamente en los negocios. Así lo aseguró ayer Elsa García, responsable de la heladería que hay a la altura del número 26 de Gran Vía, donde ayer por la mañana habían colocado un nuevo paso transversal. "Así la gente tendrá más facilidad para cruzar de un lado a otro", explicó. Sus ventas ya han disminuido cerca de un 50%, y desean que no sigan cayendo "en picado". Según explicó la propietaria, la falta de clientela les ha obligado a "cerrar dos horas antes de lo habitual" en horario de verano.