El flamante vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, marcó ayer en un escueto discurso durante su toma de posesión cuáles será sus prioridades. Ante todo, conseguir la recuperación económica y del empleo aplicando las reformas en marcha. Hasta ahí ninguna novedad. Las medidas contra la crisis son las que son y no van a cambiar. Pero el ministro añadió también una condición. "Las reformas deben ser asumidas por la sociedad. Si los ciudadanos no asumen las reformas estas no funcionarán", advirtió. Su principal tarea será, pues, pues convencer a la opinión pública de que sin los ajustes emprendidos España no saldrá del pozo. Un reconocimiento implícito de que el Ejecutivo ha fracasado hasta ahora en esa misión.

El número dos del nuevo Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, con el que el presidente aspira a remontar en las encuestas de cara a las elecciones municipales y autonómicas, añadió que además de las reformas, la austeridad y la cohesión completarán sus objetivos.

LA IGUALDAD Rubalcaba pronunció su discurso junto al que deberá ser su colaborador más estrecho en el Ejecutivo, el ministro de la Presidencia, Ramon Jáuregui. Ante una expectante audiencia formada por varios ministros, numerosos dirigentes del PSOE y decenas de funcionarios y periodistas, el vicepresidente reveló que a su antecesora le preocupa que tras su marcha la lucha por la igualdad de las mujeres deje de ser una prioridad. "No solamente no habrá retrocesos, sino que todo lo que tú tenías pensado se hará como tú tenías pensado", aseguró Rubalcaba ante una De la Vega que intentaba contener las lágrimas. El vicepresidente aprovechó su discurso para saludar a los funcionarios que trabajaron con él en los años 90 y les dijo que sigue siendo "el mismo" y que tiene "la misma manía" que De la Vega: trabajar mucho. El móvil dejará de sonar, bromeó, lo que duren los partidos de la Champions League.

Jaúregui, que ha sido eurodiputado el último año y medio, reconoció que tendrá que hacer una "inmersión" en política nacional. "Espero que dos tardes, dos lecciones magistrales con Alfredo, me bastarán para ponerme al día", ha apuntado, parafraseando aquel "la economía te la enseño en dos tardes, José Luis", que le dijo el exministro Jordi Sevilla a Zapatero.

En un discurso más idelógico, el nuevo ministro de la Presidencia, ha marcado como tareas del Gobierno "regular de nuevo los mercados y la codicia financiera". "Gobernar es difícil, pero si es preciso, aunque suene melodramático, moriremos en el intento", concluyó entre aplausos.

Tras la toma de posesión en la Moncloa, Rubalcaba asistió al traspaso de carteras de la mayoría de ministros, con los que se había visto en la Zarzuela a primera hora de la tarde. Allí, el vicepresidente primero no leyó el párrafo en el que los cargos prometen guardar el secreto de las deliberaciones de los consejos de ministros. Fuentes gubernamentales explicaron que Rubalcaba ya hizo esa promesa cuando asumió el cargo de ministro del Interior.

TRABAJO EN EQUIPO Tanto Jaúregui como Rubalcaba hicieron especial incapié en que van a "trabajar como un equipo", como una "máquina bien engrasada", codo con codo con el jefe de gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano, otro de los supervivientes del felipismo. Fuentes próximas al vicepresidente y portavoz indicaron que tanto los nombres de Jaúregui como el de la nueva titular de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, fueron sugeridos por él a Zapatero. También sostuvieron que no es cierta la versión extendida en el Ejecutivo según la cuál Rubalcaba fue el principal responsable la marcha del socialista vasco al exilio de la Eurocámara. Fuera cual fuera su relación personal en el pasado, por lo escuchado ayer, ambos parecen encarar la nueva tarea con la máxima voluntad de colaboración y entendimiento.