En el salón de actos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, lleno de antiguos compañeros que mandaban en UGT y en el PSOE hace dos décadas, Valeriano Gómez recibió ayer de manos de Celestino Corbacho la cartera ministerial tras definirse como "colaborador" de los sindicatos y la patronal, a los que animó a llegar a acuerdos. Gómez, que recordó la primera vez que entró en ese mismo edificio en 1984 como representante de UGT para negociar el acuerdo económico y social (AES) y su fichaje como asesor de Manuel Chaves en el "simbólico" 1988, aseguró saber "dónde están los problemas" y prometió afrontar el diálogo social con "transparencia e intensidad".

Pese a que el protagonista indiscutible era el nuevo responsable del departamento, las personas que asistieron al acto, que comenzó tarde por el retraso acumulado en otros relevos ministeriales, dieron una pista clara sobre su perfil político y su trayectoria profesional. Antes de que Gómez entrara en el salón acompañado de Corbacho, Carme Chacón, José Blanco, Miguel Sebastián y el vicepresidente Chaves, así como los secretarios de Acción Sindical de CCOO y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer, mantuvieron una animada charla con el secretario general de la CEOE, José María Lacasa.

En los asientos también se pudo ver a antecesores como Jesús Caldera, los diputados socialistas Isabel López Chamosa y Manuel de la Rocha, y la senadora Matilde Fernández, quien, junto a Consuelo Rumí, merecieron una cita del nuevo ministro cuando recordó que entre sus competencias también se encuentra la inmigración. Valeriano Gómez afirmó que los gobiernos socialistas no aplicaron el papeles para todos alegremente, como criticó la derecha, sino que "acabaron con la hipocresía y reconocieron una realidad".

En los discursos imperó el realismo. Si Celestino Corbacho dijo que la actual crisis económica era la más dura desde los años 80, Valeriano Gómez aseguró que España es más rica ahora que hace tres décadas y que el sistema de protección social y de pensiones resistirá el "embate" de la coyuntura. "Ningún gobierno tendrá que venir a salvar el sistema", dijo, porque sus "sostenedores son los trabajadores y los empresarios". MERCEDES JANSA