Un bebé juega con el iPad de sus padres. Selecciona iconos e imágenes y los amplía y los reduce. Disfruta de las opciones táctiles. Después, realiza los mismos movimientos sobre una revista y un televisor pero, para su sorpresa, no consigue nada de lo que hace con la tableta. Sucede en un vídeo viral en internet que expresa la familiaridad de los niños con los productos tecnológicos, cada vez más frecuentes en sus cartas a los Reyes Magos. De hecho, el regalo más pedido estas Navidades en Estados Unidos entre los menores de 14 años es un iPad, según un estudio de la consultora Deloitte. Los niños son la primera generación que crece con este tipo de productos. Y los padres tienen dudas sobre cuándo es aconsejable el acceso de sus hijos a las nuevas tecnologías y qué función deben cumplir estas.

"Las nuevas tecnologías tienen pros y contras por eso es importante no ponerse maximalista en las posturas", señala Juan Antonio Planas, presidente de la asociación de Psicopedagogía. "Si se usan bien los beneficios son evidentes, pero es necesario que los padres sean conscientes de los peligros y beneficios que esconden estas herramientas", explica.

DEBATE ABSURDO En la actualidad ya es difícil renunciar a las nuevas tecnologías por las facilidades que aportan en el día a día. Y se atisba un futuro virtual. Por ello "el verdadero problema es no tener acceso a las nuevas tecnologías", opina Planas. "Plantear si son buenas o no es absurdo". "Es cierto que pueden crear problemas de adicción o que pueden generar aislamiento entre los jóvenes", dice, pero también matiza que potencian "habilidades importantes para el presente y el futuro".

A las muñecas, camiones, cocinitas, puzzles y otros cientos de juegos tradicionales les ha salido definitivamente un duro competidor que todos los pedagogos consultados consideran "positivo". "Nos guste o no, el mundo de los niños está inmerso en las nuevas tecnologías y así será su futuro. Y los que tengan mejores habilidades en este ámbito dispondrán de más posibilidades", explica Planas.

Este experto, sin embargo, señala que los menores no solo se tienen que acostumbrar a utilizar la tecnología sino que tienen que hacer un buen uso. Y para ello, "los padres juegan un papel fundamental", y es necesario que realicen una correcta y constante supervisión. Los juegos tradicionales y los más actuales pueden convivir perfectamente. "Los niños se muestran abiertos a las cosas nuevas, pero no hay que olvidar que necesitan jugar con otros niños y socializarse, estar con contacto con la naturaleza y conocer el mundo que los rodea. Y los juegos tradicionales suponen acercarse a esto", dice.

Por tanto, ¿es bueno que los niños jueguen con una tableta o un teléfono inteligente? Sí, si lo utilizan como una herramienta productiva. Planas, empero, recuerda que debe haber "un acceso limitado a los contenidos, que muchas veces inciden en comportamientos agresivos y muy competitivos".

Respecto a las aptitudes que las aplicaciones y programas pueden desarrollar, los especialistas indican que potencian la capacidad de síntesis, la coordinación, el lenguaje, la memoria y la lógica, entre otras. Además, abundan las aplicaciones creadas para los menores y para una edad específica, acordes al aprendizaje y a las aptitudes que tienen.

La introducción a las nuevas tecnologías no tiene por qué ser gradual. Es decir, no tiene importancia si un niño empieza directamente a utilizar el ordenador de sus padres o si se inicia con un ordenador infantil. Los videojuegos, además, pueden ser una buena introducción a las pantallas. No hay unas tecnologías para niños y otras para adultos, sino aplicaciones idóneas para niños de todas las edades.