han consolidado la posición de Aragón en el escenario financiero español.

Todos ellos se han visto beneficiados, de una u otra forma, por el desarrollo de las infraestructuras impulsadas por la administración autonómica, por citar solo un ejemplo. Pero también por los programas de ayudas a sectores como el industrial, el agrícola o el energético.

Hoy, el peso de Ibercaja y CAI en la comunidad --dos de los actores principales del desarrollo de los proyectos estratégicos de Aragón-- destaca todavía más por el proceso de reestructuración del sector. Ambas entidades se han convertido el referente financiero, no solo de la región, sino que se han convertido en uno de los grupos consolidados dentro del mapa bancario nacional.

El pilar del empleo

Otro elemento hacia el que se dirigen las políticas del Ejecutivo autónomo ha sido el empleo. Y ahí, Aragón también recibió sus competencias. Aunque las políticas pasivas, prestaciones y subsidios por desempleo no están trasferidas, sí lo están las políticas activas que se gestionan por medio del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem), que gestiona la intermediación laboral, formación profesional y fomento de empleo, tanto por entidades públicas, privadas o mixtas.

Las competencias en materia de empleo han tenido un efecto "positivo" puesto que desde más cerca es posible conocer mejor la realidad, según destaca el profesor de la Universidad de Zaragoza y experto en el mercado laboral, Jesús Clemente. Además, "permite eleborar planes, especialmente en lo referido a formación de desempleados y empleados, más ajustados a la estructura productiva de la región". Con todo, apela a la necesidad de incidir en la coordinación en un mayor grado de homogeniedad entre los Servicios Públicos de Empleo de las distintas comunidades autónomas.

En definitiva, nadie podrá explicar qué Aragón tendríamos hoy sin el Estatuto de Autonomía de 1982. De lo que los expertos no dudan es de que su desarrollo ha sido positivo para la economía de la comunidad, para sus ciudadanos y para el progreso de esta tierra. Hoy, con el debate del estado de las autonomías en plena efervescencia, conviene echar la vista atrás.