Más de la quinta parte de las vías de alta capacidad que discurren por el territorio aragonés son de pago, según revela un reciente estudio del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC).
Este nivel de penalización es superior al que padecen otras comunidades de mayor PIB como son Madrid y Andalucía, y prácticamente duplica al que sufren otras dos de las autonomías de mayor dispersión demográfica de España, como son Castilla y León y Castilla-La Mancha. La cuarta, Extremadura, carece de vías de alta capacidad.
En el extremo contrario se sitúa La Rioja, donde más del 70% de la red de alta capacidad es de pago.
La red viaria aragonesa incluye hoy 197 kilómetros de autopistas de peaje y 595 de autovías y carreteras de doble calzada, lo que sitúa su red de alta capacidad en 752 kilómetros, más del doble de los 330 existentes en 1990.
En los últimos diez años, el uso de esas vías ha pasado de unos 12.000 vehículos diarios a más de 15.000, según los datos del Real Automóvil Club de Cataluña.
El RACC ha hecho también su aportación al debate sobre si circular por las autovías y las carreteras paralelas debe seguir siendo gratuito o ha de ser penalizado para convertirlo en una fuente de ingresos para las maltrechas arcas públicas.
El Real Automóvil Club de Cataluña se inclina por establecer un sistema que contemple el pago de peajes en las autopistas por parte de los ciudadanos como un gasto desgravable en el IRPF, de modo similar al tratamiento fiscal de las aportaciones a los fondos de pensiones o a la compra de la primera vivienda.