Zaragoza está indignada, preocupada y con ganas de pedalear para seguir luchando por derechos tan esenciales como el de tener una educación y una sanidad públicas. Y así lo mostraron las casi 2.000 personas (800 según datos de la Policía Nacional) que salieron ayer a las calles de la capital aragonesa para unirse a la marcha ciclista que partía a las diez de la mañana desde el Parque Grande y desembocaba en la plaza del Pilar en un encuentro de mareas multicolor que finalizó con un mensaje claro: "Esta es una carrera de fondo en la que hay que tener tesón, decisión y estar unidos. Porque la victoria se determinará a través de la presión, de demostrar que somos más fuertes, porque somos más y tenemos la razón".

Con estas palabras, el presidente de la Asociación de la Prensa de Aragón, José Luis Trasobares, expresaba el sentir de todos los colectivos que defienden que el Gobierno de Mariano Rajoy, con sus medidas "atenta contra la misma democracia y pisotea los derechos de las personas". Por eso, la cita de ayer solo era la antesala del 15 de septiembre en Madrid, donde ya hay convocada una protesta a nivel nacional para seguir con la "lucha". "Es el momento de recuperar las fuerzas y volver a luchar, porque ellos no van a ceder. Tenemos que luchar hoy, mañana y el día 15 en Madrid", añadió el periodista.

PACÍFICA Era el broche a una jornada de domingo en la que, bajo un intenso calor, llevaron sus voces por la ciudad (todo el eje del tranvía, el Casco y la margen izquierda) para insistir en un ya basta que sigue manteniendo el tono pacífico y elevando el volumen. Era una marcha ciclista que se desarrolló sin incidentes, a pesar de las afecciones al tráfico en algunos de los viales más transitados. Y que desembocó en la plaza del Pilar, donde la Marea Verde de la enseñanza pública, la Blanca sanitaria y la Naranja de los servicios sociales expresaron su repulsa ante las medidas del Gobierno de Rajoy.

También las Fuerzas de Seguridad del Estado, cuya marea no tiene color asignado pero su voz empieza a escucharse con más fuerza. Porque, como explicó su portavoz ayer, Dalia Moliné, periodista de EL PERIÓDICO, "no siempre pueden expresarse como el resto de trabajadores" y los "tijeretazos presupuestarios", que también les afectan, "no solo condenarán a la precariedad a estos funcionarios y a sus familias, también estarán cercenando nuestros derechos".

También estuvo el sector de la cultura representado, en la figura del dramaturgo zaragozano Mariano Anós, quien lamentó el "castigo" aplicado con la subida del IVA, del 8% al 21%, y la "preocupante" situación de los profesionales.

Carmen Sánchez, de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, destacó que esta "crisis del bienestar" es "especialmente grave" en el caso de la sanidad pública, donde al margen de las condiciones y presiones laborales que soportarán los funcionarios con los recortes, se traducirá en una pérdida de calidad de la atención al ciudadano (recordó que las listas de espera se han cuadruplicado, que se anuncian cierres de centros, privatización de hospitales, o los 800 contratos menos que hay).

PREOCUPACIÓN "Los derechos están por encima de los papeles, las cartillas y los centros", subrayó al recordar que 15.000 inmigrantes dejarían de recibir asistencia sanitaria gratuita si no fuera porque más de un centenar de profesionales decidieron optar por la objección. Un ejemplo de reacción ante lo que consideran una "injusticia". Pero alertó de que lo peor está por llegar, porque "se va a recortar la cartera de servicios".

Juan Ballarín, portavoz ayer de la Marea Verde, trasladó a los allí reunidos el malestar de los profesionales y familias por la "injusta y excluyente" política del Gobierno en materia de becas (a más de 33.000 se les reconoce el derecho de tenerla pero no se las darán por falta de presupuesto), o el desmesurado incremento de las ratios por profesor, suprimiendo puestos de trabajo, o el encarecimiento del 25% en el precio del comedor para los alumnos. "Estamos cansados de ese repetitivo y falso discurso de que no afectará a la calidad educativa. Sí se empobrece, fomenta el paro y ataca uno de los pilares básicos de nuestra sociedad. No vamos a callarnos, ni a dejar que se nos mienta o se nos engañe", añadió.

Por su parte, María Jesús Giraldos, portavoz ayer de Marea Naranja, destacó que "se está obligando a muchas familias a acudir a los servicios sociales para cubrir sus necesidades más básicas" y que no solo se está empobreciéndolas sino que se dispara "el riesgo de exclusión". "El empobrecimiento nos alcanza a todos", indicó.