Un inusual fenómeno meteorológico conocido como sistema convectivo mesoescálico ha provocado dos días de intensas precipitaciones en las que han caído sobre el territorio de Aragón varios miles de hectómetros cúbicos de agua --más de 2.200 solo en la jornada de ayer--. Esta situación ha hecho que, tras meses de sequía, los principales ríos de la comunidad experimentaran notables crecidas que causaron enormes desperfectos en zonas como la Jacetania, las Cinco Villas, el Sobrarbe y la Hoya, principalmente.

Las intensas lluvias afectaron a toda la comunidad. Entre las siete de la mañana y las siete de la tarde cayeron 70 litros por metro cuadrado en Jaca, 72,6 en Almudévar, 51,8 en Mosqueruela y 46,8 en Castejón de Valdejasa, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Los pluviómetros de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) recogieron en ese periodo 49,8 en El Frago, 51,4 en Pina y 94,1 en Vadiello, mientras los del Júcar marcaban 72 en Valdelinares y 63,4 en la Iglesuela.

Esas intensas precipitaciones --en algunas zonas del Pirineo han caído más de 300 litros en dos días-- provocaron notables crecidas que fueron dañinas en las cabeceras y en los ríos sin regular del llano mientras, paradójicamente, los embalses paliaban los efectos de la crecida y elevaban sus reservas. Yesa ha ganado en dos días 74 hectómetros cúbicos y el sistema Cinca-Gállego, más de 115.

Las crecidas de los ríos pirenaicos en sus zonas de cabecera fueron de tal magnitud que superaron los mil metros cúbicos por segundo en las colas de Yesa y de Mediano. Ese es el nivel que separa la avenida de la riada en el Ebro a su paso por Zaragoza.

CABECERA El río Aragón provocó importantes desperfectos entre Canfranc y Jaca: arrancó y engulló dos chalets adosados de la urbanización El Molino, en Castiello de Jaca; destrozó la piscifactoría de Villanúa, cuyos trabajadores tuvieron que ser rescatados por voluntarios de Protección Civil; inundó bajos y garajes en la capital comarcal, Puente La Reina y Canfranc, cortó puntualmente algunas carreteras y causó un corrimiento en la carretera de Artieda que obligó a cerrar al tráfico el puente.

En solo dos días, la veintena de voluntarios que integra el Servicio de Protección Civil de la Comarca de la Jacetania ha efectuado medio centenar de servicios originados por las intensas lluvias y la crecida experimentada por el río Aragón.

Conforme avanzaba la jornada, las lluvias iban ganando intensidad hacia el este de la provincia de Huesca al tiempo que generaban notables aumentos del caudal en los cauces sin regular del llano oscense, como el Alcanadre, el Guatizalema y el Vero, y del Zaragozano, como los Arba y el Riguel.

Entre los primeros, el desbordamiento del Isuela hizo que los doce vecinos de Pompenillo (Huesca) tuvieran que ser desalojados por los Bomberos poco después de las siete de la tarde.

Los Arbas se desbordaron durante la noche en varios puntos de Ejea, mientras Tauste esperaba recibir la punta de la crecida de todo el sistema entrada la pasada madrugada (ver página 4) al tiempo que el Riguel iba perdiendo fuerza en Sádaba tras el desbordamiento del viernes.

Junto con estas dos zonas, los responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) centraron su atención sobre el bajo Gállego y la cuenca del Algars, en la zona tarraconense del Matarraña.

El caudal del Gállego superó los 600 metros cúbicos por segundo entre Anzánigo y Ardisa, y la continuidad de las lluvias hacía temer que ese volumen fuera a aumentar conforme pasaban las horas.

Las previsiones del organismo de cuenca apuntaban a que la punta de la crecida del Gállego llegaría a Zaragoza entre las seis y las nueve de la mañana del domingo con un caudal de entre 600 y 700 hectómetros cúbicos por segundo, similares a los que alcanzó en la avenida del 2003.

En la zona central del Pirineo oscense, la crecida del Ara, el principal afluente del Cinca, provocó el corte de los accesos a Albella, Planillo y Sanfelices.

Los desprendimientos inutilizaron en el Sobrarbe dos carriles del nuevo tramo de la N-260 entre Fiscal y Sabiñánigo, mientras pequeñas inundaciones interrumpían a lo largo de la jornada del sábado el tránsito por la autovía entre Jaca y Sabiñánigo y entre Huesca y Zaragoza.

PREVISIONES Por otro lado, la Confederación prevé que a lo largo de la jornada de hoy puedan registrarse "crecidas importantes" en afluentes del Ebro por la margen derecha como el Guadalope, el Aguas Vivas o el Matarraña, en cuyas cuencas las precipitaciones podrían alcanzar los cien litros por metro a lo largo de la pasada madrugada.

En varias zonas de la comunidad, como la Jacetania o el Sobrarbe, la lluvia volvió a arreciar a última hora de ayer, lo que extendió la preocupación ante las nuevas crecidas que esas precipitaciones originarían a lo largo de la jornada de hoy.

Paradójicamente, la situación de escasez de reservas almacenadas en los embalses como consecuencia de de sequía que atravesaba la comunidad autónoma desde hacía meses ha permitido paliar los efectos del temporal al impedir que las aportaciones de los principales río llegue al Ebro.

Las previsiones de la Confederación indicaban que el río no pasaría de los 500 metros cúbicos por segundo en el momento de mayor crecimiento de este episodio. No obstante, ese caudal resulta doce veces superior al que ofrecía a principios de semana, cuando no pasaba de 40.000 litros por segundo.