El eje del Ebro recibió ayer dos avenidas. Una, generada por los afluentes navarros, se situó en el entorno de los 800 metros cúbicos por segundo a la altura de Castejón a última hora de la tarde y provocó inundaciones y el corte de algunas carreteras. La otra, localizada a partir de la desembocadura del Gállego en Vadorrey, oscilará entre los 1.000 y los 1.100. Pero solo coincidirán cuando ambas sean laminadas por la presa de Mequinenza. Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro explicaron que cuando llegue a Zaragoza la navarra ya habrá pasado la pirenaica.