Luisa Fernanda Rudi y José Ángel Biel hicieron público ayer algo más que un acuerdo político por unos presupuestos. Con su comparecencia abierta ante los medios de comunicación quisieron transmitir el mensaje de que la salud de la coalición es envidiable y que este primer encontronazo, que hace tan solo quince días estuvo a punto de terminar con una prórroga presupuestaria, ha servido para reforzar la alianza. Una alianza que, tal y como adelantó ayer Biel, pretende extenderse más allá de esta legislatura: "No veo otra coalición posible, no me veo por otros horizontes", apuntó. Aunque luego admitió que "aunque algunos trabajan para que haya un tripartito".
Biel no se escondió y admitió que en el 2016 desearía un Gobierno de iguales características al actual. Con el Partido Popular. Pretende entablar un nuevo escenario político como el que forjó en 1999 con el PSOE. Entonces, parecía difícil que pudiera durar ese acuerdo 12 años y lo consiguió. Ayer, con distintos protagonistas en el PSOE, le dio un portazo a este partido y se mostró partidario en asentar las bases de la estabilidad con la derecha aragonesa. Si dan los números en las elecciones del 2015.
Tres nuevas leyes
El presidente de los aragonesistas logró ayer lo que pretendía. Una comparecencia con un triple objetivo, como él mismo admitió: reforzar la coalición en la que cada parte aporta lo que le es propio sin perder identidad, mejorar la coordinación institucional y potenciar y reactivar las líneas de trabajo básicas del acuerdo de gobernabilidad. Por eso, el PAR y el PP acordaron ayer presentar tres leyes que tienen un claro perfil aragonesista: la ley de racionalización de la administración aragonesa, la ley de Capitalidad y la ley de Actualización de los Derechos Históricos. La primera está actualmente en fase de ponencia con los cinco grupos parlamentarios, pero Rudi advirtió ayer de que si en enero no hay acuerdo, el PP y el PAR presentarán a las Cortes su propio proyecto de ley.
La presidenta de Aragón también admitió que en el 2016 le gustaría gobernar con el PAR, en un escenario "de mayor holgura económica". Aseguró: "Si los aragoneses nos dan a los dos partidos la suficiente mayoría, y así lo espero".
Aunque la intención de ambos partidos de afianzar su sintonía y prolongarla en una nueva legislatura también viene forzada por las circunstancias. Esto es así porque la pluralidad ideológica aragonesa hace complicadas, por no decir imposibles, las mayorías absolutas. Y en el actual juego de mayorías y los nuevos liderazgos en los partidos, los aragonesistas saben que con la actual dirección del PSOE (más próxima a IU y a CHA) sería complejo reeditar el pacto que dominó la política aragonesa en la primera mitad del siglo XXI. Claro está que falta por ver el papel de algunas fuerzas políticas que puedan irrumpir en el escenario electoral del 2015 y que podría distorsionar el habitual escenario de cinco partidos con representación parlamentaria.
El acuerdo de ayer satisface a ambas partes. Rudi evita lo que más repudia: crisis institucionales y gobiernos a la deriva y Biel consigue mantener el reconocimiento a sus demandas territoriales y regionalistas. Es una coalición "con ambición de continuación en el tiempo".
Largas negociaciones
Presentes en la solemnización del acuerdo los dos hombres fuertes del PP en el Ejecutivo, el portavoz Roberto Bermúdez de Castro y el consejero de Hacienda, José Luis Saz así como el hombre del PAR en ese Gobierno, Arturo Aliaga, el Pignatelli acogió ayer este acto, en el que los dos actores protagonistas quisieron transmitir la sensación de que ha vuelto la estabilidad, y que ha vuelto más reforzada tras unas negociaciones "más largas que difíciles" según Biel.
El primer desencuentro se saldó ayer con un golpe de autoridad de ambos líderes. Solo las urnas dirán si esta continuará más allá del 2015.