Hay un lugar en Zaragoza donde las escaleras son teclas de piano que se iluminan al pisarlas, y donde una boca gigante se convierte en tobogán y transporta a un mundo de color y diversión. En ese lugar también hay una puerta misteriosa donde los pequeños crecen y los grandes parecen diminutos, y donde una liebre y una tortuga emprenden una carrera apasionante entre patines, balones, disfraces, cocinitas, tractores, pinturas, puzles, muñecas, caramelos, libros... Ese lugar se llama Abracadabra: la magia nos une y abrió sus puertas en la Gran Vía de Zaragoza a principios de octubre con el objetivo de "dinamizar la venta de juguetes durante todo el año, dándole el valor añadido y lúdico que se merece".

Detrás de esta iniciativa está el grupo de empresas aragonés Imagineshop, con más de 30 años de historia y hasta ahora dedicado a la distribución mayorista de juguetes y artículos de papelería y regalo su comercialización por internet. "Siempre habíamos tenido la inquietud de abrir un punto de venta físico. Zaragoza cuenta con muchos equipamientos comerciales pero, en este segmento, había un hueco por cubrir en el centro de la ciudad", argumenta Baltasar Castelló, responsable del proyecto, que atesora una amplia experiencia en el sector. La intención de los propietarios es expandirse con nuevos establecimientos a nivel nacional y, quizá, convertir la enseña en una franquicia. "El comercio de proximidad en el sector del juguete está un poco abandonado", opina.

En los casi tres meses que lleva abierta, Abracadabra ha registrado "un tráfico de gente muy importante y cada día es más conocida", explica Castelló. Después de los Reyes Magos, el cumpleaños y el fin del curso escolar son las épocas con más compra de juguetes, especifica. "Nos sentimos contentos a pesar de que el consumo está bajo", reconoce antes de matizar que el sector juguetero es "muy estable": "no crece mucho cuando las cosas van bien pero tampoco se resiente en exceso en épocas de crisis". Recuerda que España llegó a tener 5.000 marcas fabricantes y talleres artesanos, pero la crisis del petróleo de 1973 truncó el futuro. "Ahora habrá apenas 150. Como en el textil, la producción de juguetes está muy ligada a la mano de obra barata. Lo que sí continúa es el diseño y la I+D", explica Castelló.

Zona para la tercera edad

En Abracadabra, los juguetes de moda son tan protagonistas como los clásicos y educativos, "muy apreciados por los padres". "Nuestro público es toda la familia", añade Castelló, que avanza la intención de dedicar una zona en la tienda a la tercera edad, un sector con creciente demanda. "Lo importante es que la gente venga, se sienta niño durante un rato y disfrute", afirma.

El establecimiento tiene dos plantas y ofrece más de 4.000 referencias, que llegarán a duplicarse. "Tenemos siempre una alternativa al juguete de moda en marcas menos conocidas pero que quizá tenga mejor calidad y precio más competitivo", matiza el responsable. En 'Abracadabra' hay productos tecnológicos y electrónicos, pero no videojuegos. A cambio, destaca la presencia de los libros en una enorme biblioteca con oferta para todas las edades.

La mayor preocupación de los propietarios ha sido configurar una plantilla cualificada, formada por siete profesionales. "El nivel de asesoramiento que ofrecemos, cómo vendemos las cosas, es lo que nos puede diferenciar de la competencia", considera Castelló. "Nuestro objetivo es transmitir la importancia del juego y el juguete en la educación del niño. El juguete perfecto es el que combina lo adecuado con lo deseado", concluye.