A juicio de Arturo Sancho, "la sentencia avala el criterio de Pedalea. Hay una realidad y es que la bici, que es un vehículo y su espacio es la calzada, no la acera, es un medio de transporte cotidiano en la movilidad urbana. Y las leyes no reflejan esa realidad. Se han quedado anticuadas".

Por eso resalta la ordenanza zaragozana: "Nació del consenso general y fue muy vanguardista en su momento", pero cree que tras esta sentencia "es momento de volver a sentarnos y ver qué se puede mejorar". Porque en su opinión, el consistorio no ha demostrado audacia: "Al ayuntamiento le ha faltado creerse esa realidad y apostar realmente por ella. De hecho en algunos casos el carril bici se ha metido con calzador. Cuando hubo dinero, se desarrolló la infraestructura, pero no se ha apostado por ir por la calzada, ni se han impulsado campañas divulgativas, En suma, no se ha tratado el asunto con cariño".